Kermit Gosnell, un médico de 69 años de Filadelfia que realizaba abortos en embarazos avanzados, fue arrestado hoy y acusado del asesinato de siete bebés y de una mujer que falleció por sobredosis de anestesia.

El fiscal de Filadelfia Seth Williams, quien describió la clínica abortista de Gosnell como el "templo de los horrores", presentó también cargos contra ocho trabajadores del sanatorio de Gosnell, así como contra su esposa de 49 años.

Williams indicó en un comunicado que en al menos siete ocasiones los bebés nacieron con vida durante el sexto, séptimo y octavo mes de embarazo y destacó que el médico los asesinó cortándoles con tijeras la médula espinal en la parte trasera del cuello.

El fiscal sostiene que probablemente cientos de bebés murieron en la clínica que Gosnell dirigió en el oeste de Filadelfia entre 1979 y el año pasado.

Williams dijo hoy no tener palabras suficientes para describir "la brutal naturaleza" de Gosnell, que puede afrontar la pena de muerte.

Aseguró que muchas de las pacientes de Gosnell, la mayoría inmigrantes y pobres, pagaban alrededor de 300 dólares por abortos realizados durante el primer trimestre de embarazo y entre 1.600 y 3.000 por interrupciones ilegales del embarazo tras la semana 24 de gestación.

Las autoridades visitaron el año pasado la clínica Women''s Medical Society de Gosnell a raíz de una queja relacionada con la prescripción ilegal de narcóticos y se encontraron con lo que Williams describió como el "templo de los horrores".

La clínica se cerró tras esa visita y Williams perdió su licencia.

Algunos de los nueve trabajadores acusados de asesinato carecían de formación y las licencias necesarias. Entre ellos hay un estudiante de secundaria que llevó a cabo una sedación con narcóticos potencialmente letales.

La investigación también reveló que pese a la existencia de quejas contra Gosnell y su clínica durante más de 20 años, el médico nunca recibió una sanción oficial.