El Juzgado Penal número 8 de Barcelona ha absuelto a dos de los tres primeros procesados por los disturbios de la huelga general del 29-S en Barcelona al no quedar acreditado que fueran los autores de los delitos que se les imputaban.

La primera procesada fue una joven portuguesa, Sandra María P., para la que Fiscalía pedía un año y nueve meses de cárcel por un delito de atentado a agentes de la autoridad y un delito de desordenes públicos.

Según la fiscal, la joven lanzó a una agente de los Mossos d''Esquadra una bolsa de basura y una piedra, formando parte de un grupo de 500 personas que trataba de sobrepasar el cordón policial desplegado en la Ronda Sant Antoni, en la entrada de la Plaza Universidad a las 13.00 horas.

El juez ha entendido que no ha quedado acreditado que, entre el tumulto, fuera ella quien lanzó los objetos a la agente

La otra sentencia hace referencia a un joven periodista para el que la Fiscalía pedía un año de prisión por el delito de atentado a agentes de la autoridad tras retirar de la causa el delito de desórdenes públicos que constaba en su calificación.

El joven, Pau S.R., que padece una minusvalía que le obliga a apoyarse en una muleta, había salido de su trabajo para dirigirse al centro a ver a un compañero de profesión que estaba cubriendo los hechos.

Según los Mossos, participaba en la protesta y tras increpar a uno de ellos en los disturbios de Paseo de Gracia de las 16:30 horas, golpeó con la muleta a un agente rompiéndole un dedo.

Un profesor de la facultad de periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Manel L.L., que testificó en el juicio, presentó una grabación de los hechos, ya que se encontraba en el lugar trabajando para un medio de comunicación.

Según la sentencia ni la versión de los policías ni la del joven se corresponden con la realidad de los que manifiestan las imágenes.

En ellas se observa al joven en actitud de protesta gritando a escasos centímetros de la cara del agente, con lo que su testimonio, en el que aseguraba estar en el lugar por su "vocación periodística" y junto a un compañero y no con los manifestantes, pierde credibilidad.

Del mismo modo, la pierde la versión de los agentes, ya que en las imágenes se ve que es un vaso lleno de líquido y una bicicleta lanzadas por otras personas las que impactan contra el agente que cree que se trata de la multa del joven, "porque lo tiene delante".

Por este motivo entiende el juez que tampoco queda acreditado que fuera él quien le agredió y le ha absuelto del delito del que estaba imputado.