El río Brisbane comenzó hoy a bajar de nivel y dejó al descubierto la magnitud de los destrozos en la ciudad, donde esta mañana comenzaron los primeros trabajos de limpieza tras la catástrofe por las peores riadas en medio siglo.

A primera hora de la mañana, el agua se situó en la marca de los 2,5 metros, aunque se espera que a lo largo del día vuelva a subir al menos dos veces con las mareas.

Eso permitió a algunos ciudadanos volver a sus casas y tiendas para ver qué queda de ellas dentro del lodazal, que afectó a más de 26.000 edificios en la tercera mayor ciudad de Australia y capital del estado de Queensland, la más devastada por las inundaciones que esta semana causaron 15 muertos en la región oriental del país.

"Hay mucho dolor y mucha pena (...) calle tras calle, todos los hogares están inundados hasta el techo", dijo la jefa del ejecutivo estatal, Anna Bligh.

Muchos no podrán regresar a sus casas hasta dentro de varias semanas y otros tendrán que esperar meses.

A los equipos de limpieza municipales se han unido decenas de equipos de voluntarios organizados a través de grupos de vecinos o Facebook, y el ayuntamiento apeló a la solidaridad de cara a las tareas de reconstrucción.

Unas 65.000 viviendas y comercios siguen sin electricidad o agua potable, y sus residentes viajan a otros barrios para recargar las baterías y llenar las garrafas.

Respecto a las primeras sensaciones, los limpiadores destacan el mal olor: la comida se ha estropeado y mezclado con el agua y el lodo, y eso unido al calor veraniego hace que casi toda la ciudad apeste a podrido.

El alcalde de Brisbane, Campbell Newman, indicó que ahora la prioridad es reabrir las calles cortadas, mientras la primera ministra, Julia Gillard, ordenó enviar a 1.200 soldados más a la zona del desastre.

Gillard aseguró que las tropas se encargarán de que no falten comida y otros artículos básicos en los barrios de difícil acceso.

Por su parte, ingenieros del Ejército supervisarán reparaciones urgentes de infraestructuras esenciales como carreteras y puentes para recuperar cuanto antes la movilidad para los ciudadanos.

"Queda mucho por hacer, hemos pasado días muy difíciles y queda mucho en las semanas y meses que tenemos por delante. Lo que puedo decir a la gente de Queensland es que en esas semanas y meses daremos el cien por cien, daremos más del cien por cien", señaló la líder australiana.

Mientras tanto, los equipos de rescate -ayudados por militares y voluntarios continúan buscando en el valle del río Lockyer a 55 desaparecidos tras el "tsunami interior" del lunes en Toowoomba.

Las riadas dejaron 15 muertos esta semana, 26 desde las primeras lluvias en noviembre, y 2,5 millones de damnificados en la región oriental de Australia.