El padre del bebé supuestamente robado nada más nacer en marzo de 1977, José Rodríguez, ha anunciado este jueves que en estos días pedirá al alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, que se inicie una investigación en el registro del cementerio onubense para comprobar si hay datos del entierro de este bebé por las fechas indicadas.

En declaraciones a Europa Press, Rodríguez ha señalado que la intención es esclarecer el caso y ver "si verdaderamente hay algún dato de su hijo en el registro del cementerio de la capital", donde fue enterrado el ataúd, que portaba supuestamente los restos del bebé, nacido en el ya desaparecido centro médico Manuel Lois en Huelva.

El padre ha especificado que este ataúd fue enterrado en una fosa del citado cementerio, pero sin lápida, "porque no estaba bautizado y por cuestiones económicas de la época". Del mismo modo, ha señalado la contradicción existente por el lugar donde fue enterrado, ya que en la partida de defunción "ponía que se enterrara en Ayamonte", localidad donde reside la familia y sin embargo, finalmente fue enterrado en Huelva.

A su vez, esta familia presentará una denuncia en la Fiscalía Provincial con el fin de que se abra una investigación por el supuesto robo de su bebé, ya que los padres creen que éste "sigue vivo, porque la historia no concuerda y nunca vieron su cuerpo".

Según ha explicado a Europa Press José Rodríguez, padre del bebé supuestamente fallecido, los hechos se remontan al 19 de marzo de 1977, día en el que nació Francisco Javier. Rodríguez ha recordado que horas después de dar a luz, una enfermera dijo que "se llevaba al bebé para hacerle unas pruebas y ya nunca lo vimos, ni con vida ni sin ella".

Las explicaciones de los médicos, según ha apuntado Rodríguez, radicaron en que "habían surgido complicaciones y el bebé había sufrido una conmoción cerebral" y que en caso de seguir vivo, hubiera tenido grandes daños cerebrales, "sin más explicaciones", a lo que ha añadido que salió del hospital sin su hijo y "sin ningún papel que certificara su muerte".

Varios días después, el padre acudió al centro médico, donde se reunió con un doctor y con una monja, porque los médicos querían que "firmara una autorización para hacerle unas pruebas", a lo que él se negó.

NO PUDO VER EL CADÁVER

Ese mismo día, según ha recordado José Rodríguez, un conserje le dijo que se acercara al depósito si quería ver el cadáver, pero le fue imposible, ya que un celador "introdujo en un ataúd al niño liado en una manta muy bien cosida", por lo que finalmente el padre no pudo ver el cadáver.

"Lo enterraron sin lápida en el cementerio de Huelva", ha apuntado Rodríguez, quien ha señalado que todas estas contradicciones apuntan a que "el bebé fue robado y que podría seguir vivo". José Rodríguez ha incidido en que en 1977 que esto ocurriera era "impensable" pero con todos los casos que han salido a la luz en los últimos años, mantienen la esperanza de que su hijo continúe con vida.

Esta familia forma parte de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir), dedicada a la investigación de estos casos, asociación que denunciará el próximo día 27 de enero ante la Fiscalía General del Estado alrededor de 400 supuestos casos de "hijos robados" en clínicas de España.