Alejandro Rivera, de 47 años con doble nacionalidad, española y estadounidense, es ingeniero aeroespacial en el centro NASA Goddard Space Flight Center de Washington desde el año 2000. En los últimos seis años ha estado trabajando en la misión más importante de la NASA en este momento, el James Webb Space Telescope (JWST), como responsable por parte de la NASA de las estructuras desplegables del telescopio.

Se han cumplido 50 años de la llegada del ser humano a la Luna. ¿Qué siente cuándo ve las imágenes del paseo de Armstrong?

Por una parte, emoción, y orgullo por un momento tan histórico. Por otra parte, el deseo de regresar y volver cuanto antes para seguir los pasos de Neil Armstrong y Buzz Aldrin y continuar la exploración de nuestro sistema solar pues no me cabe la menor duda de que nuestra especie está destinada a colonizar y vivir en otros mundos. Personalmente es un momento muy especial, pues la lectura de un libro acerca del proyecto Apollo y la llegada a la Luna fue la gran inspiración e influencia que me llevó a elegir mi futuro profesional.

¿Hubiera sido posible sin la competencia con la URSS?

Sin lugar a dudas que no hubiera sido posible. La carrera espacial sirvió como aliciente para que el gobierno estadounidense dedicara el dinero y medios necesarios para hacer en ocho años lo que normalmente hubiera llevado como mínimo 20. El presidente Kennedy tuvo la brillante idea de retar en 1961 a la Unión Soviética no a una guerra militar sino a un duelo tecnológico. Dos sistemas económicos e ideologías completamente opuestos y una meta, poner un hombre en la Luna antes de finales del año 1969. Había muchísimo en juego y estas circunstancias tan especiales y el sacrificio de cientos de miles de personas que trabajaron de forma incansable, hicieron posible esta hazaña.

El ser humano no ha vuelto a pisar la Luna...

Sobre todo por falta de visión por parte de anteriores administraciones de EEUU. Aunque la Guerra Fría ya se ha terminado el tener un buen programa espacial trae grandísimos beneficios para la economía y la calidad de vida. Se estima que por cada dólar que se invierte en el programa espacial la economía estadounidense recibe diez gracias a las nuevas tecnologías que son desarrolladas. Por desgracia, si no hay una razón militar de fondo el Congreso prefiere darle el dinero al programa espacial del Pentágono en vez de a nosotros y aunque en la NASA tenemos un presupuesto muy bueno, no se puede comparar con el 3,5% del presupuesto nacional que se llegó a tener durante el proyecto Apollo. Otras decisiones erróneas fueron la retirada de servicio del cohete Saturno V en favor del transbordador espacial Shuttle que no dio los resultados esperados, y que significó que dejamos de tener un vehículo capaz de misiones tripuladas.

¿Cómo beneficiaron las misiones Apollo a la humanidad?

Fue una maravilla no solo por la gran cantidad de inspiración que dio a nuestro planeta y a la humanidad, sino también por la grandísima cantidad de beneficios que la tecnología desarrollada nos trajo a todos. Materiales desarrollados para los trajes espaciales de Apollo fueron luego aplicados a zapatillas deportivas, en la estructura de los techos retractables de estadios deportivos e incluso en trajes ignífugos para bomberos. Paneles solares, sistemas de purificación de agua, minidesfibriladores insertables, marcapasos programables, el reloj con cristal de cuarzo, la miniaspiradora sin cable que usamos para aspirar el coche, sistemas de aislamiento térmico, el taladro sin cable, o el CT SCAN y la resonancia magnética usaron o se beneficiaron de tecnologías desarrolladas para el proyecto Apollo.

¿Cómo ve el avance chino?

China tiene una política de expansión muy agresiva que va más allá de nuestro planeta. Se cree que su meta en los próximos 25 a 30 años es establecer dominio del espacio con bases en la Luna para 2036 y en Marte para más adelante, para tener el control no solo estratégico-militar sino también de los recursos de minería y como parte de su plan de dominio industrial y económico. Parte de la razón por la que China decidió alunizar en la cara oculta fue para estudiar si la composición geológica difiere de la cara vista, que ha sido ya muy explorada desde las seis misiones Apollo, y para ver si existen minerales de interés.

¿Nueva carrera espacial?

Pienso que sí. Se cree que China pretende ser la primera potencia espacial para el año 2049 justo a tiempo para la celebración del centenario de su creación. Si el gobierno de los EEUU no quiere quedarse atrás, no queda más remedio que contrarrestar los avances chinos así que creo que tarde o temprano esto generará una nueva carrera espacial. La expansión más allá de nuestro planeta siempre debería ser con motivos pacíficos pero, por desgracia, el control del espacio y en particular de la Luna también tienen un gran valor económico, estratégico y militar.

¿Ve viable instalar colonias humanas en la Luna y/o Marte?

El objetivo que nos ha dado la administración Trump es regresar a la Luna para 2024 y establecer una base lunar para 2028. Si nos dan el presupuesto necesario lo conseguiremos. Marte me parece que se conseguirá, pero a más largo plazo pues los desafíos técnicos y sobre todo para la salud humana son mucho más grandes. El viaje a la Luna dura unos tres días, mientras que un viaje a Marte son unos siete meses, así que me parece importante usar la Luna como lugar en el que practicar las técnicas necesarias para aprender a vivir de forma permanente en otro cuerpo sideral, lo cual es muy difícil en todos los aspectos pues cosas que en la Tierra son tremendamente sencillas en la Luna serían mucho más complicadas. Por otra parte, la compañía Space X tienen sus propios planes y pretende mandar una misión tripulada en el año 2024 con el objetivo de empezar a preparar la infraestructura necesaria para una base permanente en Marte en 2050.

¿Cómo resolver efectos adversos para el cuerpo del viaje?

Sin la protección de la magnetosfera que tenemos en la Tierra, los astronautas están expuestos a una gran cantidad de radiación cósmica que puede dañar o incluso producir mutaciones del DNA y también generar cáncer. Debido a que la mejor forma de parar la radiación de partículas es con algo que sea de tamaño similar, un elemento que la bloquea muy bien es el hidrógeno. Alternativas son el agua y el polietileno, que es el plástico que se usa en botellas de agua y que es alto en hidrógeno. En estos momentos se está estudiando cómo incorporar estas estrategias en un material que no solo pueda funcionar como blindaje contra la radiación sino que también pueda actuar como estructura primaria del vehículo espacial que actualmente usa primordialmente aluminio.

Una base lunar, ¿lanzaría de la minería espacial?

Indudablemente. La minería siempre ha tenido un valor tremendo en el desarrollo y avance de la sociedad y es uno de los argumentos a favor de regresar a la Luna. Existen grandes cantidades de helio-3 traído por el viento solar. Este isótopo puede proporcionar energía nuclear en un reactor a fusión que al no ser radiactivo no produciría residuos nucleares. En la Luna también existen metales que son muy difíciles de encontrar en la Tierra, conocidos como "metales raros", pero que son muy necesarios para la producción de teléfonos móviles, baterías eléctricas, y equipamiento militar. En la actualidad China genera el 80% de la producción mundial de estos metales raros de gran valor estratégico. Debido a esto, los EEUU están buscando fuentes alternativas y la Luna es una de ellas. Finalmente, en 2018 la NASA confirmó la presencia de hielo en los polos de la Luna. El poder extraer agua de la superficie lunar es vital para mantener futuras colonias lunares. La minería de asteroides es algo que también se está investigando y que ocurrirá en el futuro.