Ramón Moreno lleva cinco cursos como voluntario de ''Valores de Futuro'' de BBVA en el CEIP Los Caserones, en Telde. Ya sabe lo que es que uno de sus grupos ganen el concurso con su campaña de ahorro, pero él se queda con la responsabilidad de formar a los niños en valores y con la ilusión que ellos les transmiten, conscientes de que son partícipes de una actividad diferente.

Lo que intentamos sobre todo es impartirles valores nobles, la cultura del esfuerzo, de luchar para conseguir metas, del respeto a los demás, a las opiniones diferentes que forman parte de cualquier proceso de diálogo entre personas. Buscamos con nuestras actividades aportarles algo que les haga ser sobre todo mejores personas, para ello si es necesario dedicamos sesiones enteras. Y, si con ello conseguimos que piensen algún día en estos valores que hemos comentado y los puedan poner en práctica, estaremos más que satisfechos. Para ello, debo prepararme bien la clase, llevar un guion y controlar los tiempos, algo que no es nada fácil. Admiro muchísimo la profesión de maestro.

¿Es importante que los más jóvenes tengan formación en finanzas?

Sí, sin duda. En mi caso, que trato con niños de 8 y 9 años, más que finanzas tratamos de aportar un valor añadido en términos como el ahorro. Pero no solo hablamos de ahorro como dinero, sino también de energía de aprovechar el tiempo, de la planificación y ordenación de tareas, etc.

¿Qué crees que aporta ''Valores de Futuro''?

Es un proyecto en el que creo firmemente. Detrás hay un fomento de la armonía entre las personas, el trabajo en equipo o la construcción de valores fundamentales en la vida, no solo para los niños, sino para cualquier persona.

¿Con qué te quedas?

Hay unas cuantas anécdotas, pero me quedaría sobre todo con las sensaciones del primer día, la primera clase... el cariño con el que me acogieron tanto el director como la profesora. Sigo yendo al mismo colegio y les tengo un aprecio enorme. Con ellos he crecido como persona y, cada vez que voy, sigo estrujándome la cabeza como el primer día, para ofrecerles lo mejor de mí. No se merecen menos. Les estaré eternamente agradecido por ese acogimiento, esa sonrisa cada vez que me reciben. Son cosas que como digo irán conmigo donde quiera que yo vaya.