Las extinción de los dinosaurios, y sus causas, parecía un caso cerrado. Hasta la semana pasada. Desde 1980, la comunidad científica venía aceptando la teoría expuesta por el Nobel de Física Luis Álvarez y su hijo, el geólogo Walter Álvarez, nieto y bisnieto respectivamente de un español. Sus datos indicaban que los gigantes antecesores de las aves actuales se extinguieron a causa de un meteorito caído en Chicxulub, Yucatán (México). El impacto levantó una nube global de polvo que bloqueó la entrada de rayos del sol y causó la muerte de las tres cuartas parte de las especies que habitaban el planeta. Una explicación sencilla. Carpetazo. Caso resuelto. Sin embargo, nuevos estudios que acaba de publicar la revista Science introducen un nuevo elemento clave en este crimen masivo: los cambios climáticos causados por una serie de gigantescas erupciones volcánicas que, durante millones de años, extendieron flujos de lava a lo largo y ancho de 500.000 kilómetros cuadrados del continente indio; lo que hoy se conoce como las escaleras del Decán, en el centro-oeste de la India, donde esas inundaciones basálticas solidificadas llegan a tener hasta dos kilómetros de espesor.

Los Álvarez -el hijo aún vive y es profesor del departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra en la Universidad de California, Berkeley- siguieron el rastro del iridio para tratar de resolver el enigma de la muerte de los dinosaurios. En los registros geólogos hay una fina capa con altos niveles de iridio, lo que indica el impacto de un asteroide, ya que ese material es raro en la corteza terrestre pero habitual en los meteoritos. También hallaron evidencias de roca fundida que salió expulsada tras el impacto y granos de cuarzo con fracturas que revelaban la colisión. Posteriormente, la identificación del cráter de la península del

Yucatán, permitió situar en ese lugar la zona cero de la extinción de los dinosaurios.

Ahora, nuevos datos complican la explicación. Aunque los dos equipos que han estudiado y datado los restos de la monumental actividad volcánica que generó las llamadas escaleras de Decán no se ponen de acuerdo a la hora de explicar cómo se combinaron exactamente ambos eventos para acabar de manera tan fulminante con la vida del planeta, en lo que sí parecen coincidir es que esa actividad volcánica, con sus correspondientes emisiones a la atmósfera, cambió radicalmente el clima y actuó como coautora del exterminio junto con el asteroide llegado del espacio.

Dos equipos han datado con métodos diferentes las erupciones volcánicas ocurridas en la India a lo largo de un millón de años y que comenzaron unos 400.000 años antes del impacto del meteorito en la península mexicana del Yucatán. En eso coinciden tanto el equipo liderado por Courtney Sprain, de la Universidad de Berkeley (Estados Unidos), como el de Blair Schoene, de la de Universidad de Princeton, en Nueva Jersey.

A partir de ahí barajan distintas interpretaciones. Schoene considera que la "ráfaga" más rápida de las erupciones volcánicas comenzó miles de años antes de la llegada del asteroide. El equipo de Sprain, por contra, estima que las tres cuartas partes de la lava que salió a la superficie en esa zona de la India afloró después del impacto y que, de hecho, habría sido el meteorito el que incrementó la tasa de erupción. No obstante, apuntan que la actividad volcánica previa, liberadora de gases a la atmósfera, ya habían empezado a causar signos de estrés en el clima antes del impacto del asteroide. "Las escaleras de Decán probablemente debilitaron los ecosistemas del Cretácico tardío para hacerlos susceptibles a los rápidos cambios ambientales que se produjeron con el impacto del Chicxulub", declaró esta investigadora a la revista New Scientist.

Sprain considera que aún faltan más datos para detallar la escala de tiempo de las erupciones volcánicas y poder así establecer su implicación en el crimen jurásico junto con el meteorito mexicano. De momento, sí tienen claro que los dinosaurios murieron a causa de un doble golpe. Parece ser que el meteorito de los Álvarez no fue suficiente para acabar con esos gigantes.