El colegio Aguere lleva años con muy pocos alumnos. Pero esa escasez de niños contrasta con la ilusión desbordante de sus profesores por dar una enseñanza pública de calidad. Este centro está en medio del polígono Padre Anchieta, muy cerca de la avenida de la Trinidad, en La Laguna. Sin embargo, nadie se ha acordado de poner señales para facilitar el acceso a sus entradas, una de ellas por la plaza de San Juan.

Cuando abrió sus puertas, en 1981, y en los cursos siguientes, llegó a contar con 700 alumnos. Pero, progresivamente, sus matrículas han ido descendiendo. Hace algunos años llegó a haber 110 menores. Actualmente, 132 niños dan sentido a una intensa actividad del profesorado, siempre en busca de la mejor manera posible de explicar los contenidos de cada materia. Con tantas aulas vacías, sobra espacio para hacer realidad las ideas y proyectos de diferentes docentes.

La directora, Beatriz Martín, afirma que "el que viene, tiende a quedarse; no vienen porque no lo conocen". Una de las maestras con más experiencia, Nieves Díaz, recuerda con orgullo que en este recinto estudió de niño Celso Albelo, el tenor lagunero de fama mundial.

¿Qué buscan unos padres a la hora de elegir un determinado centro? La profesora Amalia Reyes comenta que el primer dilema es si llevan a su hijo a un centro público, concertado o, si pudieran, privado. Ahí radica una de las desventajas del colegio Aguere. En La Laguna, más o menos cerca, están abiertos más de 12 centros concertados. Y esa resulta una opción válida para muchos padres. Reyes plantea que una segunda pregunta que se hacen los progenitores es a qué centro público acudir, en caso de que crean en ese tipo de enseñanza. Esta docente señala que el colegio Aguere "no se conoce" y, además, "fue y es" el centro de "la barriada de Padre Anchieta". El equipo directivo está convencido que ese "estigma" tiene mucha vigencia. Hasta tal punto es así que el número de alumnos que reside en dicho barrio es muy reducido, ya que la mayoría de padres prefieren matricular a sus hijos, por ejemplo, en la Escuela Aneja, junto al antiguo edificio de Magisterio. Curiosamente, en las aulas del Aguere aprenden pequeños que viven en Tacoronte, Tabaiba, La Cuesta, Geneto o Santa Cruz de Tenerife, entre otras localidades. Beatriz Martín insiste en que "este no es un centro conflictivo", a pesar de la fama del polígono. Su programa metodológico para enseñar Matemáticas, por ejemplo, merece la atención de profesores de varias comunidades autónomas españolas punteras en Educación e, incluso, de países como México. Y, curiosamente, maestros de centros concertados de la zona acuden a las dependencias del Aguere para actualizar y mejorar sus conocimientos. Y eso es un gran impulso para su equipo docente.

Recursos para atender a la diversidad y las familias

La directora del colegio Aguere explica que "los recursos que tenemos aquí para atender a la diversidad de los alumnos no los hay en un centro concertado". Uno de los objetivos de los profesores es acercar al alumnado a "la realidad social". A los niños "se les enseña a a convivir y a respetar a aquellos otros que son diferentes". La maestra del aula en clave, Laura, comenta que la idea que se les transmite es que "nadie nace queriendo ser así y los pequeños captan ese mensaje". Otra de las áreas de trabajo pasa por preparar a los menores para que, ante un conflicto, sepan resolverlo mediante el diálogo. La actividad de los recreos está organizada. Y juegan al fútbol o al baloncesto, pero también al ping-pong, el parchís o la oca.