Aunque el traje de ocio de poliéster fue un error de la década de 1970, el poliéster y otras fibras sintéticas como el nylon todavía existen y son un contribuyente importante a la carga de microplásticos en el medio ambiente, según un científico de Materiales de la Universidad de Pensilvania (Penn State), en Estados Unidos, Melik Demirel, quien sugiere cambiar a las fibras biosintéticas para resolver este problema.

"Estos materiales, durante la producción, el procesamiento y el uso posterior, se desglosan y liberan microfibras que ahora se pueden encontrar en todo y en todos", comenta Demirel. A diferencia de las fibras naturales como la lana, el algodón y la seda, las fibras sintéticas actuales son productos derivados del petróleo y en su mayoría no son biodegradables. Aunque las fibras naturales se pueden reciclar y biodegradar, las fibras mixtas que contienen fibras naturales y sintéticas son difíciles o costosas de reciclar.

Las islas de basura plástica flotante en los océanos son un problema visible, pero la contaminación producida por los textiles es invisible y ubicua. En los océanos, estas piezas de plástico microscópicas se incorporan a las plantas y animales. Los peces pescados llevan estas partículas al mercado y, cuando las personas las comen, también consumen partículas microplásticas.

Demirel sugiere cuatro enfoques posibles para resolver este problema, los cuales expondrá en la reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia que se celebra este sábado en Washington DC, Estados Unidos. La primera es minimizar el uso de fibras sintéticas y volver a las fibras naturales como la lana, el algodón, la seda y el lino. Sin embargo, las fibras sintéticas son menos costosas y las fibras naturales tienen otros costos ambientales, como el agua y el uso de la tierra.

Debido a que gran parte de la carga de microfibras que termina en las fuentes de agua proviene de la lavadora, sugiere filtros de posventa para las mangueras de salida de agua de la lavadora. Las secadoras de ropa tienen filtros que atrapan la pelusa, también residuos de microfibra, pero las lavadoras de carga frontal actuales generalmente no.

"Capturar los microplásticos en la fuente es la mejor opción de filtrado", afirma Demirel. También señala que las bacterias que consumen plásticos sí existen, pero que actualmente se encuentran en la fase de investigación académica, lo que requiere cierto tiempo para obtener un impulso industrial. Si las bacterias se usaran a gran escala, podrían ayudar a la biodegradación de las fibras o romperlas para reutilizarse.

Si bien estas tres opciones son posibles, no resuelven el problema de las toneladas de fibras sintéticas que se usan actualmente en la ropa en todo el mundo. Las fibras biosintéticas, una cuarta opción, son reciclables y biodegradables y podrían sustituir directamente a las fibras sintéticas. Además, podrían mezclarse con fibras naturales para proporcionar la durabilidad de las fibras sintéticas, pero permitir que las mezclas sean recicladas.

Derivadas de proteínas naturales, las fibras biosintéticas también pueden manipularse para tener características deseables. Demirel, quien desarrolló una fibra biosintética compuesta de proteínas similares a la seda, pero inspirada en las que se encuentran en los dientes de aro de calamar, sugiere que, al alterar el número de repeticiones en tándem en la secuenciación de las proteínas, pueden modificarse los polímeros para cumplir con una variedad de propiedades.

Por ejemplo, el material fabricado a partir de proteínas biosintéticas de calamar en los dientes, llamado ''Squitex'', es autocurativo. Las fibras o secciones rotas se unirán con agua y un poco de presión y mejorarán las propiedades mecánicas del algodón reciclado como mezcla. Además, como las fibras son orgánicas, también son completamente biodegrada