Una investigación internacional en la que participan científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) apunta que las galaxias con núcleos activos poco luminosos tienen energía suficiente para expulsar cantidades de gas similares a las que eliminan galaxias con núcleos más brillantes.

El gas es esencial en el proceso de formación de una galaxia. Durante las primeras etapas, la cantidad de gas presente determina el número de estrellas que habrá en ella.

Las galaxias de núcleo activo son aquellas que cuentan con una región de mayor luminosidad en su centro. Esta zona brillante se produce por la presencia de un agujero negro supermasivo que, por efecto de su gravedad, acumula materia a su alrededor en un proceso que se conoce como acreción.

Los agujeros negros supermasivos calientan el gas circundante y empujan una parte de él hacia el exterior de la galaxia (efecto de realimentación). Hasta ahora se creía que las galaxias de núcleo menos luminoso no tenían energía suficiente para expulsar grandes cantidades de gas, pero este estudio internacional demuestra lo contrario.

En el artículo, publicado recientemente en la revista científica "Monthly Notices of the Royal Astronomical Society", analizaron la galaxia ESO 428-G14, que posee un núcleo poco luminoso.