La misma actividad volcánica que hizo emerger del Atlántico las Islas Canarias y construyó a su alrededor decenas de montes submarinos comenzó a desmoronarlas hace 13,5 millones de años, en forma de deslizamientos como el que el mundo acaba de presenciar ahora en el Anak Krakatoa.

La revista "Earth and Planetary Science Letters" acaba de publicar en su versión en línea un trabajo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y del Instituto Español de Oceanografía (IEO) que corrobora que en Canarias los volcanes no solo construyen enormes islas (el Teide es la cúspide una montaña de 7.500 metros si se mide desde fondo del mar), sino que también las destruyen.

La literatura científica sobre los megadeslizamientos de terreno en Canarias ha sido abundante en los últimos años, porque se trata de fenómenos que a veces han dejado una huella evidente para cualquiera que visite las islas (El Hierro perdió el 40% de su volumen emergido en el último de ellos, el de El Golfo, hace 23.500 años) y otras, menos visibles pero muy reveladoras (como los sedimentos encontrados en la llanura abisal de Madeira).

Un trabajo corrobora que los volcanes levantaron Canarias, pero también destruyen las Islas

El trabajo que publican estos investigadores, encabezado por Ricardo León y Desirée Palomino, aporta detalles novedosos sobre cómo ha sido ese proceso y lo vincula por primera vez con la actividad volcánica.

El IGME y el IEO han documentado que en la vertiente oeste de Canarias existe un enorme sistema de flujo de sedimentos procedentes de deslizamientos gravitacionales ocurridos en las islas, por encima y por debajo del nivel del mar, y en los montes submarinos. Sus dimensiones lo convierten en uno de los mayores del planeta: tiene 850 kilómetros de ancho por 750 de largo.