Cientos de padres protestaron en China tras conocerse que al menos 145 niños han recibido vacunas orales contra la poliomielitis caducadas en la provincia de Jiangsu, en el este del país, informaron hoy los medios de comunicación locales.

Las autoridades sanitarias descubrieron que un lote de vacunas contra la polio con fecha de vencimiento del 11 de diciembre se estaba administrando oralmente a menores en un centro de salud de Jinhu.

De momento se ha confirmado que al menos 145 niños, de entre tres meses y cuatro años, han resultado afectados por estas vacunas caducadas, aunque la investigación sigue en marcha y diecisiete funcionarios ya han sido penalizados -despedidos o expulsados del Partido Comunista de China- por este caso, según el diario oficialista Global Times.

Tras conocerse el escándalo, una gran multitud de padres se concentró ayer a las puertas de los edificios gubernamentales de Jinhu, donde se vivieron momentos de gran tensión, para pedir explicaciones a las autoridades, ya que se desconoce con exactitud a cuántos menores se les ha suministrado estas vacunas caducadas.

Uno de los padres, Wu Youjin, contó al diario independiente South China Morning Post que su hija de 15 meses sufrió una erupción cutánea después de que se le administraran varias vacunas, entre ellas una contra la polio, en mayo del año pasado.

Aunque en ese momento no relacionó la erupción con la vacuna, ahora ha intentado verificar sin éxito la fecha de caducidad del medicamento, ya que no ha podido averiguar el número de serie.

"El gobierno no ha proporcionado soluciones completas ni sistemáticas sobre qué medidas debemos tomar y qué podemos hacer si nos han dado las vacunas (caducadas), y cuáles son las consecuencias", dijo al periódico.

Este nuevo escándalo se produce en medio de la desconfianza que existe entre los ciudadanos chinos hacia su sistema sanitario, que ha vivido otros casos de adulteración de fármacos.

El último de ellos ocurrió el pasado julio, cuando las autoridades detectaron que la farmacéutica Changsheng Bio-Technology había utilizado materiales caducados en la elaboración de vacunas liofilizadas contra la rabia de uso humano y no registraba correctamente las fechas o los números de serie de los productos al menos desde 2014.

Entonces se inició una inspección nacional a todos los fabricantes de vacunas en el país, en la que no se encontraron problemas adicionales, y se impuso a Changsheng una multa de 9.100 millones de yuanes (unos 1.300 millones de dólares o 1.100 millones de euros).

Además, las autoridades chinas presentaron un proyecto de ley sobre la gestión de vacunas para lograr una supervisión del sector más estricta que evitara nuevos escándalos.