En su lucha contra la obesidad infantil, el Ayuntamiento de Londres prohibirá a partir de febrero los anuncios sobre algunos alimentos como la mantequilla, el aceite de oliva o el queso en el transporte público al considerarlos "comida basura".

Asimismo, la campaña municipal veta otros productos como la mayonesa, la salsa de soja, el pesto y los cubitos de concentrado de pollo o ternera.

La medida, impulsada por el alcalde laborista Sadiq Khan, pretende hacer frente a las elevadas tasas de obesidad infantil que presenta la capital británica, donde casi el 40% de los niños de entre 10 y 11 años tiene sobrepeso o son obesos.

La decisión del Ayuntamiento londinense está respaldada por los criterios de la agencia Public Health England (Salud Pública de Inglaterra) que puntúan los alimentos en función de los nutrientes beneficiosos para la salud y de los ingredientes que deben reducirse en la dieta infantil, tales como azúcares, grasas saturadas y sal.

Según se estima, la prohibición de los anuncios de comida basura supondrá una pérdida de 13 millones de libras al año (14,4 millones de euros) para la empresa Transport for London (Transporte de Londres).

Los sitios de publicidad que posee TfL son los más lucrativos del Reino Unido y generan 147 millones de libras al año (163 millones de euros) para reinvertir en el transporte público, de los cuales alrededor de 20 millones de libras al año (22,2 millones de euros) provienen de los anuncios de comida.

Desde la Asamblea de Londres, el conservadora Andrew Boff dijo que la prohibición era "imprudente", en un momento en el que TfL enfrenta una etapa de déficit, y criticó que los londinenses "tampoco podrán ver anuncios de artículos cotidianos como el aceite de oliva, los cubitos de concentrado o el pesto".

El equipo de Khan indicó, por su parte, que los anunciantes podrán solicitar excepciones si son capaces de demostrar que su producto es saludable y no fomenta la obesidad.

Esta medida, que entrará en vigor a partir del próximo 25 de febrero, se enmarca dentro de otras iniciativas fomentadas por el alcalde de Londres, como la campaña "Veg Power" liderada por la Food Foundation, que defiende el consumo de más verduras.