Wendy, Cinthia y María del Carmen llegaron desde el municipio de Güímar. Son habituales de otros repartos de la ONG Sonrisas Canarias en su sede chicharrera de Valleseco. Pero ayer era una jornada especial porque se trataba de recibir los juguetes destinados a Nuria, de cinco años, que ayer estaba con su madre. A Aysha, a Susana... Así hasta los 1.200 niños a los que Luis Febles, presidente del colectivo, espera repartir en dos intensos días, ayer y hoy, cuando continuará la distribución de los casi 7.000 juguetes donados por empresas y particulares.

"Ha habido un aumento enorme de la cantidad -apunta Febles-, para pasar de unos 4.000 a estos 7.000, gracias a la colaboración de las entidades privadas que hay que agradecer muchísimo".

En cuanto a los receptores, serán "entre un 10% y un 11% más que en la campaña 2017-2018, o sea, ahora esos 1.200 y el año anterior sobre 1.100. De distintos municipios de la isla, encabezados por Tacoronte, Güímar, La Laguna y Santa Cruz, en ese mismo orden".

Siete voluntarios han trabajado "muy duro", valora Luis, durante dos días. Incluso, añade, "el domingo, 31, y el lunes, 1 de enero, durante muchas horas para preparar los lotes y que las familias los reciban en orden de presencia en nuestro local". Ayer, parte de ellos se afanaban por completar los paquetes "básicos" de manera metódica para que nada faltara en cada bolsa. Lote a lote.

Una ordenada cola, como suele ser habitual, esperaba al turno en la puerta de Sonrisas Canarias. Gente joven y no tanto, padres y también abuelos a la espera de llevarse a casa la ansiada bolsa negra con distintos juguetes, de los educativos a los de toda la vida.

"Lo importante -señala Febles- es que no falten los regalos, y sobre todo los juguetes para los críos en ninguna casa por muchos problemas económicos que existan. Ellos, los niños, están por encima de todo y más en una fecha como la de los Reyes Magos".

María del Carmen viene en busca de juguetes "para una nieta y una sobrina" de 7 y 12 años, respectivamente. Wendy por su hija, la simpática Nuria, ya presentada. Y Cinthia por un doble motivo: para su niña de 6 años y para su hijo de apenas seis meses, del que, orgullosa, le dice a Luis Febles que "ya camina".

Una vez fuera, en el camino hacia el coche que les ha traído hasta aquí, una pareja joven, la que forman Chus y Jacqueline, se aviene a mostrar los preciados objetos que guarda su bolsa. Un juego, una muñeca o cualquier otra cosa que alimente la ilusión de los más pequeños el próximo 6 de enero. Juguetes, sí, pero que nadie juegue con eso, la ilusión de los niños.