Los meteorólogos españoles ratifican que las evidencias científicas entre fenómenos meteorológicos extremos y cambio climático son "cada vez mayores" y apuestan por una disminución progresiva, pero decidida, de la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.

Con motivo de la Cumbre del Clima (COP24) que se celebra en Katowice (Polonia), el portavoz de la Agencia de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo, explica a Efe el amplio consenso existente entre el aumento de fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático antropogénico (originado por el hombre) y olas de calor o episodios de precipitación muy intensa.

Para ello, argumenta que la temperatura media mundial durante los diez primeros meses de 2018 superó en casi 1 grado a la de la era preindustrial (1850-1900), y en España, los 5 años más cálidos desde 1965 han tenido lugar en la última década, mientras que los veranos de 2015, 2016 y 2017 han sido los más calurosos desde que hay estudios.

Respecto a las precipitaciones, el portavoz resalta los episodios de lluvias torrenciales de este otoño en el Mediterráneo.

Los meteorólogos Ángel Rivera, José Antonio Maldonado y José Miguel Viñas respaldan esas evidencias, principalmente analizadas en su conjunto y no como episodio particular, y destacan la importancia de que España potencie este tipo de investigaciones: sus resultados ayudarían en la comprensión y asunción del problema por nuestra sociedad.

Para José Miguel Viñas, las olas de calor son, por el momento, el fenómeno que de forma más "rotunda" se puede vincular al cambio climático antropogénico actual, debido a que los episodios de lluvias torrenciales son más esquivos dada la irregularidad intrínseca al comportamiento de las precipitaciones.

"La humanidad nunca se ha enfrentado a un reto de semejantes proporciones y nuestra supervivencia está en juego" advierte Viñas, para quien, si la inacción continúa, se agotarán las posibilidades de revertir, al menos en parte, la evolución del clima.

Respecto al papel que desempeñará España en la Cumbre de Katowice, los meteorólogos Rivera, Maldonado y Viñas coinciden en la importancia de la misma, y reconocen que el Gobierno avanza todo lo posible en este terreno, con unos planteamientos políticos en materia de cambio climático renovados, que parecen ir por la senda correcta.

Afirman que dicha circunstancia posiciona bien la postura española de cara a las negociaciones del clima, y confían en el desarrollo y aplicación de los pactos acordados por la comunidad internacional en el Acuerdo de París (2015) sobre cambio climático.

Otro aspecto que destacan los cuatro expertos es la "importancia, y a la vez necesidad", de la Organización Mundial Meteorológica (OMM) para ayudar a los países a mitigar el calentamiento tanto desde un aspecto científico como económico.

Del Campo (Aemet) sostiene que este apoyo adquiere especial relevancia desde que el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) concluyera el mes pasado que una reducción del calentamiento global de 2 grados a 1,5 grados podría evitar impactos asociados al cambio climático.

Pero para conseguir este objetivo sería necesario alcanzar un "cero neto" de emisiones a mediados de siglo, argumenta el meteorólogo de la Aemet, quien incide en el desarrollo de tecnologías eficaces para eliminar la concentración de dióxido de carbono (CO2), principal responsable del cambio climático, y poder compensar emisiones remanentes.

Maldonado, Viñas y Rivera aseguran que la ciudadanía española conoce los problemas sobre futuros escenarios de climas extremos, aunque reclaman más "acción, implicación y contundencia" en sus respuestas.

Para Viñas, la población en general "sabe el problema, ve lo que sucede, pero no termina de reaccionar", mientras que para Maldonado, existe "conciencia de que hay que hacer algo, pero en el fondo no se hace demasiado".

Rivera echa de menos un boletín periódico para medios de comunicación y sociedad, en el que alguna institución científica mantuviera un "relato continuado y de fácil comprensión" sobre lo que se viene observando en el mundo y, sobre todo, en España.