La Bienal Tenerife Educa, organizada por el Cabildo, se clausura hoy en Garachico, con la celebración de una jornada lúdica y festiva que incluye 43 propuestas, entre ellas la ponencia del profesor británico Richard Gerver -en el antiguo convento de San Francisco a las 17:00 horas-, la primera que ofrece en la Isla. Gerver es premio nacional de enseñanza y mejor director de escuela del Reino Unido. Autor del exitoso libro "Crear hoy la escuela del mañana", es considerado un gurú de la innovación en materia educativa y uno de los pensadores más originales, auténticos y creativos.

Esta bienal invita a reflexionar sobre un sistema educativo que implique a toda la comunidad y reivindica aprovechar los recursos del entorno para que la enseñanza y el aprendizaje no se limiten a las aulas. ¿Qué valor da a este tipo de encuentros entre docentes y familias?

Hay un antiguo proverbio africano: "Se necesita una aldea para criar a un niño". Eso siempre ha sido cierto y nunca tanto como hoy. La educación trata del desarrollo del niño en su totalidad, no solo de su capacidad académica. Para ayudar a nuestros hijos a convertirse en miembros activos, con aspiraciones y productivos para la sociedad, debemos asegurarnos de que sean seres humanos bien formados. Para garantizarlo, necesitamos que todos los miembros de la sociedad contribuyan a esa educación. Nuestra sociedad está cada vez más polarizada y fragmentada. En todo el mundo estamos perdiendo nuestro sentido de sociedad, unión y colaboración. Todos debemos trabajar duro para asegurarnos de que nuestros hijos puedan reparar esas fracturas.

Usted defiende que hay que preparar a los niños para el futuro ofreciéndoles experiencias, conocimientos y habilidades para vivir su vida con integridad, amor, pasión y teniendo unos objetivos claros. ¿Cuál cree que es la causa de que el sistema educativo tradicional falle y existan unos índices tan altos de abandono y fracaso escolar?

Todos aprendemos mejor cuando el aprendizaje importa, cuando vemos el aprendizaje como algo interesante e importante para nuestras propias vidas. Demasiado de lo que sucede en la escuela es abstracto; se trata de exámenes, grados y calificaciones. Debemos recordar que queremos ayudar a nuestros hijos a convertirse en aprendices de por vida; quienes permanecen profundamente curiosos y capaces de vivir con el cambio. Necesitan entender que el aprendizaje es tan importante para ellos ahora como lo será en el futuro. Aprender debe ser relevante, rico en contexto y tener un propósito.

En España, los exámenes y los deberes son la base del sistema educativo, pero la docencia es una profesión muy vocacional y hay profesores que quieren cambiar el método. ¿La mayoría de ellos tienen que luchar contra el propio sistema para poder innovar y acaban renunciando por la complejidad de conseguirlo?

Esto es cierto en la mayoría de los países, no solo en España. Hay demasiada participación política en qué y cómo enseñamos. Eso es un hecho, pero nosotros, como profesionales, debemos confiar más en nosotros mismos, debemos buscar las oportunidades para cambiar el sistema desde dentro, sin importar cómo de pequeñas sean y usarlas para cambiar la situación. Recordemos que las revoluciones nunca han comenzado con un gran lanzamiento o fanfarria, comienzan con un pequeño número de personas que toman medidas y luego colaboran para construir una masa crítica. Como maestros, nunca podemos rendirnos, se lo debemos a nuestros hijos.

Asumimos que los niños no quieren aprender y que el sistema tiene que empujarlos a ello. Por el contrario, ¿es la pasión por el conocimiento la clave del éxito de nuestros hijos?

Los niños nacen aprendices, aprendemos más en los primeros cinco años que en el resto de nuestras vidas. La pregunta es ¿por qué nuestra capacidad y nuestro deseo de aprender disminuyen a medida que crecemos? El aprendizaje debe alimentar nuestra curiosidad y, por tanto, debe ser abierto hasta cierto punto. Necesitamos asegurarnos de que cuando nuestros hijos crecen, ven el aprendizaje a través de los ojos de los niños muy pequeños: emocionante, conectado, empoderador.

¿En qué medida tenemos la culpa padres y docentes de la mala conducta de los chicos?

Todos debemos asumir la responsabilidad de ayudar a nuestros niños a aprender cómo comportarse y cómo llegar a ser ciudadanos productivos y constructivos. No es responsabilidad exclusiva de las escuelas. Necesitamos recordar que el mal comportamiento puede tener muchas causas; algunas son simplemente malas disciplinas, pero otras son síntomas de algo más profundo, como el grito de un niño pidiendo ayuda. Algunos de nuestros hijos están lidiando con una complejidad real en sus vidas, por lo que es importante que no castiguemos el comportamiento, sino que tratemos de encontrar la causa principal del problema.

¿Cómo ve la irrupción de la era digital en el ámbito educativo? ¿Nos estamos oponiendo a una revolución que ya no va a parar?

La revolución digital está a nuestro alrededor y está teniendo un profundo impacto en la forma en la que llevamos nuestras vidas. Seguirá haciéndolo, especialmente con el desarrollo de la inteligencia artificial. La tecnología es una herramienta increíble y debemos apreciarla. Nuestros niños son nativos digitales, no ven la tecnología como una maravilla o como una amenaza, es una parte totalmente integrada en sus vidas y, por lo tanto, debería estar presente en la educación. No necesitamos enseñar a los jóvenes a usar la tecnología, pero sí necesitamos guiarlos sobre cómo usarla de manera responsable. Los niños saben más acerca de la tecnología de lo que nosotros sabremos nunca, pero no debemos temerla a ella o a ellos. Necesitamos recordar que la educación actúa esencialmente sobre el desarrollo de los seres humanos y que siempre implicará altos niveles de interacción humana.

En las últimas décadas se han dictado sucesivas leyes educativas en nuestro país, asociadas al color político del gobierno de turno. ¿Habría que consensuar un marco educativo más definido, sólido y estable que permita introducir cambios sin continuas derogaciones de la ley?

Los políticos deben responsabilizarse de la educación en nombre del público, pero no controlarla. La educación necesita estabilidad y claridad de visión. Todos hablan del éxito en Finlandia, que se construyó sobre un sistema controlado y desarrollado por educadores y no por políticos. Finlandia ha tenido estabilidad y consistencia durante 15 años, lo que ha permitido que su sistema florezca basándose en lo que es correcto para los niños y no para la ideología política.

¿Habremos ganado cuando por fin entendamos que hay que educar a los niños para prosperar, en vez de para sobrevivir?

Absolutamente. Los niños no son animales salvajes que esperan ser civilizados por el mundo exterior. Debemos aprender a confiar más en ellos. La educación debe estar muy lejos del control y del apoderamiento. Uno de los atributos más importantes del futuro será la capacidad de guiarte a ti mismo y no ser administrado. El futuro será brillante, ¡pero solo si preparamos a nuestros hijos para ello!