Alex Lopiccolo se presenta como "El Rey de los Columpios" por el objeto que suele utilizar en sus cursos para terapeutas durante los que analiza, entre otras cosas, los desórdenes sensoriales de los niños. Durante dos días impartió sus conocimientos en Santa Úrsula, en la que ha supuesto su primera visita a España, a profesionales llegados de distintos puntos del mundo, incluso de Dubai.

Llegó de Estados Unidos exclusivamente para impartir esta técnica de columpios utilizada en la terapia ocupacional bajo el enfoque de la integración sensorial con niños y niñas que tienen varios problemas, desde dormir, atender, aprender, leer, o, en general, tolerar las sensaciones.

Una veintena de terapeutas ocupacionales se dieron cita en la localidad norteña llegados desde Dubai y diferentes comunidades españolas (Asturias, Andalucía, Madrid, Extremadura...). La duración del curso auspiciado por Sensory 7 en su centro de Santa Úrsula fue de 16 horas. En ellas, los terapeutas ocupacionales experimentaron en sus propios cuerpos los beneficios de la gravedad y la utilización de esos columpios.

Lopiccolo fabricó en unos minutos columpios suspendidos con lycras y material de escalada o con un skateboard en suspensión.

Alex es conocido como "Mr. Alex King of Swings" o sea "El Rey de los Columpios" e imparte seminarios a nivel internacional. Tiene más de 12.000 seguidores en Facebook además de ser asesor de Southpaw, empresa dedicada a material para esta terapia de integración sensorial, donde prueba y crea material nuevo. Sus vídeos se pueden encontrar bajo el sello Sensory Digest.

Pasa por ser uno de los mayores expertos del mundo en el Desorden de Procesamiento Sensorial (DPS) y en el foro tinerfeño ofreció un curso sobre la conducta de menores en la actualidad.

Planteó terapias que ayudan a los menores a superar obstáculos como el trastorno del espectro autista, Asperger, trastornos de procesamiento sensorial, problemas motrices, aprendizaje, la escasa coordinación, el retraso en el procedimiento del habla, el lenguaje o comprensión auditiva, o la baja autoestima.

Las dificultades de la integración sensorial pueden influenciar en la autorregulación, lo que muchas veces se confunde como rabietas o problemas conductuales, con el movimiento, el aprendizaje, problemas con el sueño, la alimentación, el lenguaje, el autocontrol, la atención, la habilidad de aprender nuevas acciones, entre muchas otras cosas.

La terapia de la integración sensorial suele dar respuesta a familias que llevan tocando en puertas sin una solución.

Sensory 7 es uno de los pocos centros especializados en Canarias. Abrió sus puertas en junio de 2017 y atiende a menores desde Güímar a Buenavista del Norte.

Belén Jiménez Sánchez, especialista en terapia ocupacional e impulsora de la cita, valora: "El Desorden de Procesamiento Sensorial es poco conocido en el mundo de la pediatría y la educación en España. Muchos niños lo padecen, pero se atribuyen a problemas de conducta cuando tienen una base sensorial compleja". La integración sensorial, añade, "es el proceso neurológico por el que nuestro cerebro organiza las sensaciones que recibe el cuerpo, dando sentido a lo que nos rodea, y nos hace ser capaces de realizar acciones tan simples como coger un lápiz o subir una escalera".

"Para algunos niños -opina-, cada vez más en la sociedad actual, la integración sensorial no se desarrolla a lo largo de su infancia de manera progresiva y eficiente. Por el aumento de sedentarismo, la exposición excesiva a estímulos, el no idear sus juegos por el acceso a otros dirigidos o por la sobreprotección de los familiares por miedo a que se hagan daño".

Según Jiménez, "los niños que no logran integrar de manera eficiente sus sentidos pueden llegar a padecer este desorden. El curso de Lopiccolo en Santa Úrsula ha sido una oportunidad única de los especialistas para mejorar, así como depurar técnicas y tratamientos".