Imaginativa como pocas, colorista, ruidosa y reivindicativa. Son algunas de las características de la Marcha por los Derechos de las Personas con Discapacidad que el próximo sábado, 6 de octubre, con salida a las 11:30 horas desde la plaza Weyler de Santa Cruz, cumple su séptima edición. Bajo el lema "no a la exclusión" la marea naranja ya está en marcha para llenar físicamente las calles de la capital y de manera figurada las de la isla y de toda la comunidad autónoma.

"Saldremos a la calle el próximo día 6 de octubre, en la que será la séptima marcha por los derechos de las personas con discapacidad", explica Ana Mengíbar, vicepresidenta del colectivo Queremos Movernos. Y expone los motivos fundamentales para ello: "Lo hacemos desde el convencimiento de que es necesario que la sociedad sepa que seguimos igual. Igual que antes de aquella primera marcha de noviembre de 2012. Valdría el mismo manifiesto, las mismas reclamaciones, las mismas peticiones...".

"Nuestra Comunidad Autónoma, añade Mengíbar, no da pasos al frente para, de una vez por todas, contemplar nuestras necesidades y ponernos los medios que necesitamos para vivir como cualquier otro canario. Eso es lo que venimos pidiendo año tras año. Ni más ni menos".

Ahonda en la idea: "Seguimos sin oferta alojativa que nos permita desarrollar proyectos de vida independiente. Estamos desatendidos en campos tan importantes como la educación, donde no se garantiza nuestra igualdad, a pesar de lo curioso que resulta saber que, el pasado mes de febrero, se aprobaba un decreto para contemplar la atención a la diversidad y la inclusión educativa, decreto que incumplen desde el minuto uno de su entrada en vigor por la falta de recursos materiales y humanos que garanticen que los estudiantes con discapacidad puedan llegar hasta el límite de su capacidad y, en su caso, culminar una formación académica".

Por otro lado, apunta la portavoz del colectivo, "seguimos sin una apuesta decidida y rigurosa, que contemple nuestra incorporación al mundo laboral, lo que supondría el rescatarnos del sistema de pensiones, y nuestro ingreso en el grupo de ciudadanos contribuyentes, pues somos muchos los que estamos preparados para ello".

Asimismo, "resulta muy difícil la práctica deportiva porque nos encontramos sin oferta y sin instalaciones verdaderamente adaptadas, que nos permitan desarrollar alguna actividad en este campo tan importante. No valora nuestra administración que invertir en deporte supone a la larga ahorrar en gasto sanitario".

Otro capítulo sin resolver: "El ocio y la cultura no son para nosotros. Rara vez se organizan actividades que podamos disfrutar. Salas a las que no podemos acceder, falta de adaptaciones sensoriales y/o de información adaptada a las necesidades de quien tiene dificultades cognitivas".

"Las familias son las grandes olvidadas", sentencia y subraya: "Mientras en otros lugares se desarrollan acciones encaminadas a aliviar las circunstancias que se dan en familias con algún miembro con discapacidad, en Canarias de las familias no se oye hablar".

Por último, "no se trabaja desde la perspectiva de la inclusión, no se tiene en cuenta la transversalidad, no existe compromiso ni voluntad política para hacer de Canarias un lugar para las personas. Siguen pensando en ladrillos cuando se habla de accesibilidad y olvidan la lucha por eliminar las barreras de la comunicación y todo lo que nos deja en desventaja".

Mengíbar concluye: "Salimos a la calle de nuevo cansados de migajas, de promesas y de incumplimientos. De políticos sin interés y de técnicos sin formación. Somos ciudadanos como los demás, tenemos obligaciones que cumplimos como los demás, pero no nos respetan nuestros derechos como a los demás".