En las últimas décadas han tenido lugar distintos acontecimientos, fenómenos y movimientos que han marcado distintos aspectos de la sociedad. Entre ellos las relaciones personales, redimensionando el concepto de pareja.

El amor, el sexo y la intimidad en las relaciones han cambiado considerablemente en los últimos años. Así, la forma de experimentar el amor hace 50 años es radicalmente distinta a como se vive hoy en día.

Si bien, se pueden enumerar infinidad de factores que han conducido a tales cambios. Sin embargo, estudios y expertos han determinado factores de mayor relevancia como una sexualidad más libre y las nuevas tecnologías.

Por otra parte, la percepción y valoración de las propias necesidades han cambiado. Los individuos ya no ceden tan fácilmente ante la presión social. Por tal razón, el matrimonio y la procreación quedan muchas veces en segundo plano. La felicidad individual y en pareja es ahora más importante que las imposiciones sociales.

Esto ha llevado a desarrollar nuevas formas de vincularse, formar parejas y establecer familias. En este sentido, las relaciones tradicionales basadas en la monogamia, ya no son las más comunes. Pues, las redes sociales, la desinhibición y pérdida de tabúes ha dado paso a nuevos y diferentes tipos de relaciones amorosas.

Desde amigovios, poliamor y swingers, cada día surgen nuevas formas de vivir y experimentar la intimidad y el amor. Cada una de estas relaciones posee sus propios códigos y reglas.

Otro ejemplo de este cambio de paradigma, son las parejas homosexuales y bisexuales. Estas también han modificado la percepción que se tiene de sus relaciones. Alcanzando la legalidad de sus uniones en más de 25 países alrededor del mundo.

Sin embargo, las nuevas formas de relacionarse no han cambiado del todo la vida en pareja. Pues, confianza, madurez emocional y respeto siguen siendo la base de una relación duradera.

En contraposición, la infidelidad continua siendo una de las principales causa de separación. Esto es congruente con tasas como la española, donde un tercio de la población admite haber sido infiel por lo menos una vez.

El impacto del internet en las relaciones

Uno de los principales efectos de la gran red mundial y los smartphones es la aparición de nuevos escenarios para conocer personas. Relacionarse e interactuar ahora es posible con tan solo abrir web.

Cada día más personas encuentran pareja por medio de las redes sociales. De igual manera, el uso de los portales de cita se ha popularizado en el mundo entero. Varios estudios señalan que la duración de estas parejas es tan prolongada como el de aquellas que se conocen fuera de internet.

Esta marcada influencia de la tecnología para socializar y ligar es más común entre los menores de 29 años. Aunque las personas de otras edades no quedan exentas de los efectos de la tecnología en su vida amorosa.

Así, internet, las redes sociales y los dispositivos móviles reportan algunas ventajas a las relaciones modernas. Estas permiten nuevas formas de romanticismo y expresiones de afecto. De igual manera, reduce las fronteras, facilitando las relaciones a distancia.

Sin embargo, también alimenta dos de los más grandes enemigos del amor: los celos y la infidelidad. Las redes sociales y los dispositivos móviles pueden ocasionar graves conflictos que revelan los latentes sentimientos de celos y desconfianza.

En todo caso, la influencia de la tecnología en la pareja es sólo una extensión de la situación real de la misma. Una relación sana no se verá amenazada por publicaciones ni comentarios realizados en Facebook, Twitter o cualquier otra red social. En definitiva, la confianza trasciende la tecnología y sus efectos.

Cambios en la sexualidad de la pareja

La manera en que las personas experimentan su sexualidad ha cambiado en los últimos años. Muchos tabús han sido superados, dando paso a la imaginación y exploración dentro de la alcoba. Esto se ha traducido en mayor intimidad y confianza, y el enriquecimiento de los encuentros y las sensaciones.

Las relaciones sexuales ahora van más allá del mero coito. Este sigue liderando las prácticas sexuales, pero ahora se acompaña de juguetes, distintas posiciones y otros juegos eroticos. El juego previo, la masturbación y el sexo oral constituyen parte clave de la satisfacción sexual de las parejas actuales.

Estos nuevos hábitos en la cama han incrementado la frecuencia de las relaciones e intensidad de los orgasmos. De donde se deriva un mayor deseo, así como un sentimiento de complicidad en la pareja. En términos generales, las vida sexual de las parejas se ha vuelto más satisfactoria.

Algunos estudios revelan que las parejas con mayor actividad sexual son menos proclives a separarse. Así, el matrimonio promedio tiene un encuentro sexual por semana. Siendo aquellas que se encuentran por encima de esta cifras las que tienen mayores posibilidades de perdurar en el tiempo.