A una edad en la que los achaques suelen llegar antes o después que los nietos, Carmen y Miguel han vuelto al mundo laboral de la mano de un proyecto social de Starbucks y el Instituto Nacional de Personas Adultos Mayores de México (INAPAM).

El mismo día que en México se celebra a los abuelos, el 28 de agosto, la cadena de café abrió en Ciudad de México su primera tienda en América Latina que está atendida por personas de 60 a 65 años, en el inicio de la llamada tercera edad.

Carmen Lazo, de 60 años, acudió a la bolsa de trabajo de INAPAM, entidad que coordina las políticas para este sector de la población, para buscar una oportunidad laboral, y la encontró gracias a esta iniciativa.

"Se me hizo interesante y dije voy a ver de qué se trata", relata Carmen, quien trabajó dos décadas como secretaria antes de caer en el desempleo en 2000, año en el que se volvió una emprendedora que tuvo un restaurante y un negocio de joyería de plata en un mercado callejero.

Única mujer en el grupo de nueve "adultos mayores" que atiende la cafetería cerca del barrio de Coyoacán, Carmen dijo que tomó el trabajo para completar las cotizaciones para su jubilación, aunque una vez dentro quedó encantada.

"Yo no había entrado nunca a una tienda de Starbucks, sabía del café y todo por mi hijo, que iba mucho y yo lo relacionaba con cosas de jóvenes, que era un lugar donde los jóvenes se reunían", comenta.

Su familia, afirma, está encantada con lo que les cuenta de este nuevo empleo, donde tiene una jornada de seis horas, y al que van a recogerla cuando le toca cerrar la tienda por las noches.

La presencia de estos "ancianos" detrás de la barra, ha hecho que al pedir el café los clientes usen el usted en lugar del tuteo y, respetuosamente, les dirigen un "don Miguel" antes de hacer su pedido.

A Miguel Martínez, de 61 años, la oportunidad laboral le permitió dejar atrás el paro después de 30 años como traductor de libros en inglés. El mercado de traducciones languideció y tomó la oferta de empleo que halló en el INAPAM.

Asegura que un empleado de la cadena le dijo que en la compañía no había problema para dar trabajo a los "senior", "y no porque fueran mejores que los jóvenes, sino porque tenían menos compromisos, faltan menos, son más puntuales y saben tratar a todo el mundo".

Miguel relató que le sorprendió lo que encontró en su nuevo empleo y, también, en el café. "Acudía mucho pero no era ''fan''. Ahora que me ha tocado identificarlo e irlo conociendo, pues ya voy entendiendo la parte de por qué las personas se enganchan con el café porque hay una diversidad y una riqueza impresionante".

Christian Gurria, director de Starbucks México, resaltó la filosofía de inclusión de la empresa. "Empleamos muchos jóvenes que empiezan su vida laboral con nosotros", destaca.

Relata que en 2011 empezó a explorarse con el INAPAM la posibilidad de incorporar personas de más de 60 años y que después de un tiempo se ha concretado hasta abrir la primera tienda de América Latina atendida por gente de la tercera edad.

Su llegada provocó un fenómeno interesante porque los jóvenes los acogían con un sentimiento de cuidado, protección y respeto y "hasta el lenguaje cambio a más respetuoso", asegura.

Gurría explica que cuando se decidió abrir una tienda con personal de este rango de edad consideró que fuera de un solo nivel y que se adecuara para facilitar su trabajo y darles seguridad.

Entre los beneficios y prestaciones que se les otorgan están los descansos cada cierto tiempo, dos días de descanso a la semana, además de un seguro de gastos médicos mayores, comentó.

El proyecto, inaugurado con esta tienda, apunta a que para el cierre del año 2019, la compañía de café más grande del mundo tenga al menos empleados a unos 120 adultos de más de 60 años.

Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), México tiene una población de 12,4 millones de personas mayores de 60 años, equivalentes a un 10 % de la población total del país.

Durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, poco más de 98.000 adultos mayores han vuelto al mercado laboral, tanto en empresas como Starbucks como en actividades voluntarias que les generan ingresos, de acuerdo con datos del INAPAM.