Cruz Roja ha advertido de que Corea del Norte se enfrenta a una crisis humanitaria a gran escala por una ola de calor que ha destruido cosechas de arroz y de maíz en un país donde podrían repetirse las devastadoras consecuencias de la sequía del año pasado y en el que dos de cada cinco personas padecen malnutrición y un 70 por ciento depende de la ayuda alimentaria.

"Nos enfrentamos a una situación con efectos potencialmente catastróficos", ha hecho saber la Federación Internacional de la Cruz Roja y de las Sociedades de la Media Luna Roja este viernes, después de que los propios medios oficiales norcoreanos reconocieran la destrucción de una gran extensión de cosechas por las altas temperaturas.

Según las estimaciones de Cruz Roja, al menos dos regiones meridionales de Corea del Norte, Pyongan del Sur y Hamgyong del Sur, han declarado el estado de emergencia, según Cruz Roja citando a su propia división en Pyongyang. En total se estima la destrucción de unas 208 hectáreas de campos de maíz y 56 hectáreas de arrozales.

La ola de calor comenzó el pasado 11 de julio y se espera que continúe como mínimo a lo largo de la próxima semana. Las temperaturas han obligado a los norcoreanos a modificar sus hábitos de vida. Negocios como los mercados de alimentos abren ahora con la tarde ya avanzada, a las 18.00, en lugar de a las 14.00.

A pesar de que los órganos portavoces del, tradicionalmente, reservado Gobierno norcoreano, no han confirmado víctimas, sí han emitido una serie de recomendaciones a la población y permitido la ayuda de Cruz Roja en Corea del Norte, que ha desplegado bombas de agua móviles en las regiones afectadas.