A veces un paso puede convertirse en un logro impensable, un sentimiento que comparten muchos niños bolivianos afectados por el pie equinovaro, una malformación congénita que provoca la rotación de los pies hacia el interior, hasta que el milagro de "Mis zapatitos mágicos" llegó a La Paz.

Desde 2016, este programa gratuito de la Alcaldía de La Paz, que se desarrolla en el Hospital La Portada, ha ayudado a 70 niños y ha diagnosticado a más de 250 de una deformidad de la que se desconoce el origen.

El programa está encabezado por el doctor Julio Deither Torrejón, quien cada jueves pasa consulta en el área de pediatría e implementa el método Ponseti con grandes resultados.

Ignacio Ponseti fue un médico español especializado en ortopedia que desarrolló en la Universidad de Iowa (Estados Unidos) el tratamiento del pie equinovaro que ha recibido su nombre.

Al doctor le "ha cambiado la vida" ver la sonrisa de los niños al empezar a caminar después de someterse al tratamiento de yesos, cirugía y ortopedia, las tres fases del método.

"La primera fase son las manipulaciones, que varían entre los seis y ocho yesos. Con el piecito ya plantígrado, hacemos la tenotomía, un cortecito en el tendón de Aquiles", explicó a Efe Torrejón.

A este proceso se suman nuevos yesos que concluyen con la colocación de unas botas especiales para dormir y caminar, lo único que no está cubierto por el hospital.

El precio total del tratamiento rondaría los 20.000 bolivianos, unos 3.000 dólares por paciente, sumado a lo que las familias aportan para los "zapatitos mágicos", sobre 100 dólares si son nacionales y casi 300 si se importan de Estados Unidos.

Las familias se aglomeran en el pasillo del centro hospitalario esperando su turno para que el médico obre el milagro de recolocar los pies de sus pequeños, un proceso que se demora un tiempo debido al minucioso trabajo de colocar los yesos que el doctor y su enfermera realizan mientras entretienen a un muchacho.

El doctor recomienda comenzar el tratamiento lo antes posible, sobre la tercera o cuarta semana de vida del bebé, ya que en ese momento es más sencilla la manipulación de los ligamentos y del hueso astrágalo, asegura el especialista.

Brigitte Lema es una madre que lleva un año llevando a su pequeña a la consulta y ya puede ver los primeros resultados.

Su niña ya puede correr con otros niños, algo que cuando nació nunca pudo imaginar.

"Ella todavía no tuvo limitaciones, yo me las imaginé, me imaginé que no iba a poder caminar. Y si iba a poder caminar, no iba a caminar normal como todos los niños. La hubiera vuelto una niña de diferente capacidad", comentó a Efe la madre.

Esta esperanza se mantiene para muchas otras familias llegadas de todo Bolivia, que escucharon hablar del proyecto municipal y que comenzaron el método Ponseti.

No obstante, todavía existen muchas que desconocen totalmente esta ayuda, sobre todo en áreas rurales, motivo por el que la dirección del hospital lanzó una llamada para ayudar a esos niños a caminar.

"Este tipo de familias esconden a los pacientes, a veces por vergüenza, pero también porque sus recursos económicos son muy limitados", señaló a Efe la directora del Hospital La Portada, Lilian González.

"Una familia en cuyo seno se encuentra un niño con esta patología es una familia de siete u ocho integrantes. Este costo es bastante elevado", sentenció.

El proyecto tiene además el apoyo de la Asociación Internacional del Método Ponseti (PIA) y busca un convenio con el Rotary Club para sumar fondos que permitan a las familias sin recursos adquirir las botas especiales.

El próximo 5 de agosto tienen previsto lanzar una campaña de financiación para ayudar a muchas familias a finalizar el tratamiento con éxito.