Una patrulla de la Marina de Mauritania interceptó ayer una barcaza en la que podrían viajar 125 emigrantes de nacionalidad senegalesa. La patera salió de las costas del país en dirección a Canarias.

Según informó ayer a la agencia Efe una fuente de seguridad que pidió el anonimato, los emigrantes, que fueron localizados ayer, llevaban dos días sin agua.

Entre los rescatados hay al menos siete mujeres y también menores de edad, explicó la misma fuente, que indica que todo el grupo estuvo a punto de morir en el océano Atlántico si no hubiese llegado la intervención mauritana.

Los intentos de emigración clandestina hacia las Islas Canarias desde Mauritania se han multiplicado recientemente; el último se produjo el pasado 26 de junio cuando fue interceptada en las costas de Nuadibú (470 kilómetros al norte de Nuakchot) una embarcación con diez subsaharianos (9 senegaleses y un beninés).

Canarias vivió especialmente el drama de la inmigración a mediados de la década pasada, cuando cientos de personas llegaban cada día a sus costas a bordo de endebles embarcaciones. La presión del Gobierno logró entonces desactivar la ruta canaria.