La ministra de Educación y Formación Profesional (FP), Isabel Celaá, concretó ayer en el Congreso los cambios que hará en la Lomce y que afectan principalmente a la asignatura de Religión, cuya nota ya no contará, y al predominio de la escuela pública sobre la concertada.

En su primera comparecencia en la Comisión de Educación, instó a los grupos a consensuar medidas, pero recalcó que el Gobierno modificará aquellos aspectos más "perturbadores" de la Lomce y que fueron más contestados por la comunidad educativa.

A la espera de comenzar a trabajar en una ley orgánica que sustituya a la Lomce -"derogarla sin más no se puede porque nos quedaríamos sin legislación y no sería razonable"-, la ministra defendió un modelo que no vulnere la igualdad de oportunidades.

Así, abrirá "un diálogo" con los centros concertados que segregan por sexo, es decir, separan a las niñas y los niños, sabiendo que el Tribunal Constitucional les avala.

Sobre la Religión, seguirá siendo asignatura de oferta obligatoria para los centros pero voluntaria para el alumno y no tendrá efectos académicos ni una materia alternativa. Se creará una obligatoria de Valores Cívicos y Éticos, centrada en los derechos humanos y virtudes cívico-democráticos.

También se derogarán los itinerarios de la Lomce a partir de los 13 años, se suprimirán las reválidas -el anterior ministro las había paralizado-, y volverán las evaluaciones diagnósticas, en concreto, en cuarto de Primaria y segundo de Secundaria. Además, Celaá impulsará un Programa de Cooperación Territorial en educación de 0 a 3 años para hacer esta etapa "asequible" a las familias.