La psicóloga Silvia Congost vivió en sus propias carnes una relación de dependencia emocional. Congost consiguió salir de esa situación por sus propios medios, pero se dio cuenta de que su "misión" era ayudar a las personas a liberarse de relaciones tóxicas y destructivas como la que ella tuvo. El pasado jueves llevó sus conocimientos en autoestima y dependencia emocional hasta el Real Casino de Tenerife, donde impartió la conferencia "Quien te quiere, ¿te hará llorar?". La psicóloga se sentó un momento con El Día para mostrar, de primera mano, sus enseñanzas.

¿Por qué llegamos hasta el punto de depender de otra persona?

Por una baja autoestima, por miedo a la soledad, a no encontrar a nadie más que nos elija o a no volver a sentir nunca más lo que sentimos cuando estamos con esa persona (aunque en realidad no estemos bien), a no ser capaces de seguir adelante sin él o ella? Nos olvidamos de que en el amor se elige y nos sentimos a gusto, y hay crecimiento, mientras que en la dependencia sufrimos, nos destruimos, nos alejamos de nosotros mismos y permanecemos allí por una profunda necesidad.

Habla de que, para mejorar la autoestima, hay que rescatar al niño interior, ¿qué es lo que tiene que no hay en el adulto?

Los adultos podemos llegar a ser muy críticos y muy crueles con nosotros mismos. De hecho, si pusiéramos un altavoz en nuestra cabeza para tomar conciencia de todos nuestros pensamientos y todo lo que nos decimos, creo que quedaríamos muy asustados. Somos capaces de decirnos auténticas barbaridades que nos parecerían un claro maltrato psicológico si se lo dijéramos a alguien más, pero lo tenemos normalizado. En cambio, al pensar en un niño en seguida se nos activa una profunda compasión y un instinto de protección hacia él que nos impide dañarle. Además, en el niño que un día fuimos, es donde se encuentran las razones de por qué somos como somos, nos ayuda mucho a comprendernos y así poder aceptarnos, abrazarnos, amarnos. Esta es la única manera de lograr cambiar, crecer y mejorar.

¿Y por qué es tan fácil ser duro con nosotros mismos?

Por el mismo motivo por el que tantas personas siguen al lado de alguien que las maltrata. Porque lo normalizamos y dejamos de ser conscientes de la gravedad de ese tipo de trato. Nos hemos acostumbrado a esa voz interna que nos destruye la autoestima, en muchos casos porque ya de pequeños nos trataban así, por lo que no vemos mal ni grave en absoluto seguir haciéndolo.

¿En qué valores deberíamos educar a los más pequeños?

Deberíamos educarles en respeto, en compasión, en autoestima, en amistad, en aceptación y en amor. Pero para lograr esto, primero tendríamos que educar a los padres, para que no vean en sus casas un mensaje radicalmente opuesto.

¿Es más importante la felicidad o la autoestima?

Sin duda creo que no vas a poder sentirte feliz si no estás a gusto contigo mismo. Tener una buena autoestima es sentir que eres valioso como ser humano, que puedes confiar en ti, que mereces que te pasen cosas buenas, lo mismo que sentimos hacia aquellos que queremos. Sin ello, no creo que podamos alcanzar ningún momento de felicidad.

¿Cómo podemos identificar a una persona tóxica?

Identificamos una persona tóxica porque cuando interactuamos con ella a menudo nos acabamos sintiendo mal, ya sea porque nos daña directamente o porque no encaja con nuestros valores y no tenemos nada que ver. Puede ser una pareja, un jefe, un padre o un amigo. Y es muy importante que cuando lo identificamos, sepamos alejarnos de ella sin sentirnos mal.

¿Por qué cree que se han reactivado las conductas de posesión en parejas jóvenes?

En realidad, creo que no han dejado de estar presentes nunca. En mi opinión, lo que ha ocurrido es que cuando las mujeres conseguimos entrar en el mundo laboral y alcanzamos así una independencia económica, pareció que las cosas cambiaban pero en realidad, el paradigma romántico del amor que lo permite todo sin poner límites, sigue estando presente en nuestra sociedad.

¿Es posible evitar la violencia machista?

Sin duda, cada mujer que perciba un comportamiento machista de su pareja, debería poner un límite de inmediato, debería dejar muy claro que aquello no es negociable para ella y si se repite, tendría que irse. Pero el problema es que a veces, en función de lo que hemos visto en nuestras familias de origen, tenemos determinadas conductas muy normalizadas y no logramos identificarlas con facilidad. Cuando lo dejas pasar una vez, es como si le estuviéramos diciendo a la otra persona "ok, esto es tolerable para mí, puedes volver a hacerlo".

¿Qué opina sobre casos como el de La Manada?

Casos como este, que desgraciadamente no es el único, ponen de manifiesto la necesidad de ciertos cambios en las leyes, para que cuando ocurran no queden dudas sobre cómo hay que proceder. Cosas como las que han ocurrido en esta ocasión, no deberían repetirse más.