Los escollos legislativos y las agresiones son algunos de los problemas más visibles a los que se enfrenta la comunidad LGTB en Europa, sobre todo en la parte oriental.

En Italia, la propuesta de ley para tipificar el delito de agresión homófoba está estancada desde 2013, a pesar de las denuncias de estos colectivos LGTB, que afirman, según una encuesta en el portal gay.it, que el 52% de ellos han sufrido agresiones durante su vida.

De la misma forma sucede en Francia, donde un 53% de los LGTB dice haber sufrido en su vida agresiones por su orientación sexual o su identidad de género; y en Portugal, donde los datos más recientes afirman que el principal ataque sufrido son insultos y amenazas (39%), seguido de violencia doméstica, el acoso, tentativa o agresión y discriminación en la asistencia médica (4,02%).

En los países de Europa oriental hay todavía muchos tabús y prejuicios hacia este colectivo

En Europa oriental la situación es peor. En Hungría, la Constitución impulsada por el ultraconservador Viktor Orbán excluye la posibilidad el matrimonio entre personas del mismo sexo y hace de la defensa de los "valores familiares tradicionales" y del "cristianismo" una parte fundamental de su agenda.

En Croacia, los organizadores de la fiesta del Orgullo en Zagreb han alertado del incremento de las críticas y ataques verbales por parte de sectores conservadores. Prejuicios y tabús que también se vislumbran en países como Rumanía o Serbia.

Mientras, en Rusia se aprobó en 2013 una ley que prohíbe la propaganda homosexual entre los menores de edad, lo que permite enjuiciar a los que "promocionen" cualquier tipo de referencia a las relaciones entre personas del mismo sexo. En Rusia también se han denunciado episodios de violencia contra homosexuales.