Hace años era una práctica habitual en la Península y hoy se padece en Canarias. Los robos con fuerza en viviendas o locales comerciales tras romper las cerraduras de las puertas proliferan. Cristóbal Izquierdo Perdomo, de Cerrajería Los Príncipes y miembro de la Unión de Cerrajeros de España (UCES), comenta que "son robos exprés, de apenas cinco minutos". Aclara que, de ese tiempo, un minuto se dedica a abrir la puerta y el resto, a buscar dinero, joyas u objetos de valor en el comedor o habitaciones principales.

"La gente piensa que, si una cerradura funciona bien, ¿para qué la va a cambiar?", señala Izquierdo. Sin embargo, aclara que, con esa mentalidad, los ladrones lo tienen más fácil. Si una década atrás, una cerradura tenía un nivel de seguridad "medio-alto", actualmente ya no es así, porque las técnicas de apertura han avanzado. Manifiesta que "el cilindro es la parte más débil de la cerradura y el objetivo debe ser protegerlo".

Cristóbal Izquierdo advierte de que dos parámetros clave para llevar a cabo un robo, desde el punto de vista de los autores, son "el tiempo que se tarda y el ruido que se hace". Cuanto más se prolongue la apertura y más se alerte a los vecinos, más complejo será.

Un primer escalón para obstaculizar ese "trabajo" consiste en instalar una cerradura con "escudo cerrado hueco", que cuesta unos 30 euros de media. El segundo paso se aplicará con la colocación de un escudo cerrado macizo, que puede valer alrededor de 54 euros. Según el responsable de Cerrajería Los Príncipes, en un tercer nivel estarían las placas macizas, que incorporan protector de cilindro. Estos elementos se atornillan desde el interior de la vivienda y, desde el punto de vista visual, ya disuaden a los asaltantes. Estima que su precio puede rondar los 100 euros.

Otra opción es la "cerradura invisible", que solo se instala por la parte interior de la casa y desde el exterior se abre con un mando a distancia. Tiene un precio aproximado de 200 euros. En opinión de Izquierdo, esta alternativa tiene un inconveniente, ya que el ladrón desconoce esta particularidad y destroza completamente la puerta, pero no consigue entrar.

"Para nosotros, la seguridad se tiene que ver y ejercer como elemento disuasor", indica. Después está la tecnología aplicada al propio cilindro. Uno "estándar" puede costar 18 euros y otro de seguridad normal tiene un precio medio de 36 euros.

En un nivel superior está el cilindro de seguridad especial, que para hacer una copia de la llave se requiere una tarjeta y una enumeración. Para Izquierdo Perdomo, este aspecto "es muy importante". Además, si se "ataca" con un taladro, la configuración del cilindro permite parar la broca.

Un cilindro de seguridad especial acorazado dispone de barra "antirotura". Se puede adquirir por un mínimo de 80 euros.

Según Cristóbal Izquierdo, disponer de una puerta con adecuadas medidas de seguridad incluiría tener un escudo macizo o placa de seguridad; un cilindro especial acorazado que evite su extracción y un cerrojo "antitaladro" en la parte superior de la puerta. En total, esos diferentes dispositivos pueden tener un coste conjunto de 250 o 300 euros aproximadamente. Además, advierte de que hay que tener mucho cuidado con las personas a las que se llama para cambiar la cerradura tras un robo o la pérdida de una llave. Este profesional aconseja llamar a cerrajeros que posean tiendas abiertas al público y que nos ofrezcan ciertas garantías. Esta apreciación la realiza porque, a nivel nacional, existen casos de personas que se hacen pasar por trabajadores y después se quedan con copias de las llaves para venderlas a ladrones. Según Cristóbal Izquierdo, con mucha frecuencia "no prestamos atención a la puerta, que protege todo lo que queremos, desde la familia hasta objetos de valor, recuerdos o dinero".

Repite que "la primera puerta de un piso es la del portal del edificio" y que, tanto en este caso como en las de los garajes, hay que extremar el cuidado, ya que, una vez que superan estas, los ladrones lo tienen más fácil.