Curan, padecen, están en lo bueno y en lo malo, y no se están casando. El personal de enfermería llega a ser un apoyo indispensable para los pacientes, sin olvidar su papel junto a los médicos ni como motor del buen funcionamiento de la infraestructura hospitalaria.

En el Día de la Enfermería, celebrada cada 12 de mayo, enfermeros y enfermeras vuelven a reivindicar la importancia de su trabajo en el día a día del hospital, ya sea como amigos y confidentes de los distintos pacientes, como preservadores de la salud y los ánimos o como piedras angulares del funcionamiento de los centros hospitalarios.

Nos adentramos en el Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, donde trabajan 1.449 son enfermeros, 1.226 auxiliares de enfermería y 65 son matronas. Lo hacemos en uno de los servicios más difíciles a la vez que gratificantes del centro hospitalario. Lleno de cunas, incubadoras, dibujos y, por qué no decirlo, paz.

El servicio de Neonatología irradia una tranquilidad especial porque así lo han querido los profesionales de enfermería. Una ducha, sillones reclinables para descansar e incluso una cocina para que los padres se puedan sentir como en casa mientras esperan a que sus pequeños se recuperar o cojan un poco de peso para poder volver a casa.

Son días difíciles y el personal de enfermería debe estar al pie del cañón, aprendiendo a trabajar con personas ajenas a sus tareas y proporcionando apoyo de todo tipo a esos padres que saben que sus niños están en las mejores manos.

Pero los cuidados y la presencia del personal de enfermería también hacen las delicias de los pacientes más mayores. La cronicidad es otro de los puntos en los que destacan estos sanitarios , pues llegan a formar una pequeña familia con los pacientes que deben acudir a tratarse varias veces en semana.

"Yo estoy más con ellos que con mis hijas", admite la supervisora de diálisis del Hospital de La Candelaria, Reyes Rodríguez, que asegura que algunos de sus pacientes incluso conocen a su familia. La nefróloga se refiere a la Unidad de Diálisis del Servicio de Nefrología, por la que pasan más de 1.000 pacientes en unas 2.800 sesiones al año. "No es un paciente que entra y se va, si no que vives con ellos muchas cosas", explicó. Ese vínculo es lo que, justamente, reivindican los profesionales al insistir en la importancia de "humanizar los cuidados".

Pero sin duda, la parte más importante y oculta del trabajo de los enfermeros se encuentra en la Unidad de Esterilización. Allí, unos 60 profesionales de enfermería trabajan para conseguir que los materiales que se utilizan en todo el hospital, ya sea para una intervención quirúrgica o en el día a día, estén limpios y a punto para ser utilizados de nuevo. "Somos desconocidos porque, aunque damos un servicio al resto del hospital, no damos atención directa a los usuarios ni a los médicos", explica Alejandro Díaz Piñero, supervisor de la unidad.

El servicio cuenta con un amplio espacio de trabajo, dividido en tres zonas totalmente independientes donde se encuentra la "sucia", "limpia" y "de almacenamiento". En cada uno de estos lugares de un gran circuito, los enfermeros y auxiliares se encargan de diferentes tareas. A la zona sucia llegan todos los instrumentos, batas y demás herramientas.

De ahí pasan a unas "lavadoras" que limpian y desinfectan el material hasta llegar a la zona limpia. En este área los enfermeros realizan un segundo registro de todo lo que haya llegado y los depositan en bolsas o paquetes individuales. Esto se deposita en otras máquinas que acaban estirilizando el material para ser depositado y de nuevo registrado en la zona de almacenamiento.

Desde allí, pasa a todo el hospital por medio de unos largos pasillos que recorren las "puertas traseras" de quirófanos, así como distintas unidades y centros de dispensación. Aunque no diría que su trabajo es "indispensable", Díaz Piñero considera que su Unidad podría llegar a "parar el proceso del hospital".

de la Enfermería se celebró ayer en todos los hospitales del Archipiélago bajo el lema "Una voz para liderar-la salud es un Derecho Humano", una jornada en la que los enfermeros repartieron flores para los pacientes, prepararon exposiciones sobre la profesión y participaron en actividades formativas y charlas dedicadas a reflexionar sobre el cuidado humanizado en la asistencia sanitaria que presta este colectivo.