La mexicana Alma Estela Guillermoprieto obtuvo ayer el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades de 2018. La periodista aseguró a Efe que no se le ha acabado la curiosidad por el mundo después de 40 años de periodismo, en los que ha contado sobre todo la realidad de Iberoamérica.

En conversación telefónica desde Bogotá, donde reside, Guillermoprieto confesó que recibió la noticia del premio "asombrada", porque es algo "muy grande, inmenso y absolutamente inesperado". "Todavía estoy asimilando el impacto y lo que significa", un premio que es un estímulo para vivir, trabajar y escribir, admitió.

Sobre sus 40 años de "oficio", como ella dice, más que un reportaje o historia que la hayan marcado, está "el impacto de un continente" a lo largo de cuatro décadas.

Guillermoprieto, nombre con el que firma sus trabajos, nunca se propuso ser periodista ni pasar toda una vida recorriendo Latinoamérica, como declara en algunos de sus textos, y fue gracias al aliento que le dieron sus amigos editores que probó suerte como corresponsal de "The Guardian" en Nicaragua.

"Yo no iba para reportera. Cuando estaba en Nicaragua reporteando jamás se me ocurrió que eso iba a ser mi vida", afirmó la galardonada, a la vez que señaló que siempre había una historia que contar en otro lugar del continente.

Por eso, desde entonces ha trabajado para diferentes medios anglosajones, entre los que figuran The Washington Post, The New Yorker, The New York Review of Books o National Geographic, entre otros.

También ha escrito una media docena de libros tanto en español como en inglés, como "Historia Escrita" o "Desde el país de nunca jamás". Ahora espera retomar un libro en el que trabaja sobre la paz en Colombia, y "ojalá se consolide", espera, para poder reportear como nunca, "libremente, en un país sin miedo".