Su mundo queda restringido a solo aquello que puede alcanzar con la punta de sus dedos. No escucha. No ve. Pero siente quizás por encima de cualquier otra persona, con un universo interior que lo hace sencillamente diferente, a otro nivel, aprovechando de forma intensiva en su día a día todos los recursos sensoriales que aún posee. Es la vida del sordociego.

La mezcla de estas dos discapacidades tiene un efecto de incomunicación y desconexión con el mundo, lo que a la postre se acaba traduciendo en graves dificultades para acceder a la información, a la educación, al trabajo... a la vida social. Los afectados se agarran con todas sus fuerzas a lo que tienen. En muchos casos, a los restos de audición o visión, aunque es a través de sus manos, de las yemas de los dedos, de un tocar marcado por la sensibilidad, cuando tienen la posibilidad de hacer crecer de nuevo su mundo.

El sordociego tiene un espacio común. Un hueco para poder a su manera desahogarse, pero también para encontrar apoyos, respiro, asesorarse, mejorar la formación cultural y humana e incluso lograr la integración más posible en la sociedad. Sin olvidar las dos discapacidades que sufren, pero sin renunciar en ningún caso al disfrute. A reír.

Ese espacio común de convivencia, de compartir, es la Asociación de Sordociegos de España (Asocide), cuya labor en Canarias ya fue reconocida en 2016 por la Fundación Cepsa, un galardón determinante para el desarrollo de un proyecto que aglutina los elementos más necesarios para este colectivo: asesoramiento y orientación específicos ante los problemas comunes derivados de esta doble discapacidad, principalmente en lo relativo a la comunicación y las dificultades de acceso al entorno, para contribuir a conseguir su integración social y su autonomía. Sí, complejo, pero cuando alguien te ayuda las dificultades se aminoran. Que no es poco.

"Reivindicamos el derecho a que nuestra discapacidad, entendida como una discapacidad específica, discapacidad única con entidad propia (así reconocida por el Parlamento Europeo en su Declaración I/2004) y resultado de la combinación de la deficiencia visual y la auditiva, y que engloba todos los tipos y grados de sordoceguera que se puedan combinar en una misma persona, le sean reconocidas sus necesidades especiales, así como los recursos y servicios específicos que puedan cubrirlas", advierte Asocide.

Necesidades derivadas "de enfrentarse al día a día con severos obstáculos en la comunicación, al tener que utilizar métodos especiales y desconocidos para la gran parte de la sociedad en general", sentencian.

La sordoceguera está causada frecuentemente por distintas enfermedades o traumas. En ninguna de ellas está escrita la palabra rendirse.