La procesión del Señor de las Tribulaciones de anoche fue un documental en directo de la mano del párroco de San Francisco, Jacinto Barrios. Después de la hora y media que duró la celebración eucarística, el sacerdote comenzó a las puertas del templo que custodia la imagen del Señor de Santa Cruz un vía crucis en forma de estaciones por la historia de la procesión.

La primera plegaria fue en recuerdo de Fernando de Fuentes, el sacerdote lagunero que era el propietario de la imagen del Señor de las Tribulaciones y que, como era capellán del Hospital de Dolores, expuso para su veneración la talla, de origen americano y confección de pasta de maíz, en la capilla del referido centro sanitario. Primera reflexión en forma de apunte histórico y... actuación conjunta de la banda de música de Santa Cruz con la coral Gran Tinerfe, una plegaria con dedicatoria al Señor de las Tribulaciones.

A partir de ahí, comienza el recorrido, tiempo para las más dispares conversaciones entre la feligresía y para advertir que la mayoría de las autoridades presentes se incorporaron cuando ya había acabado la misa, y que la coincidencia con la gala del deporte hizo estragos. De los 27 concejales de la Corporación, cuatro: José Carlos Acha, del PP; José Alberto Díaz-Estévanez y Carmen Delia Alberto, de CC, y Antonio Blanco, de Ciudadanos.

La procesión solo había comenzado. En la plaza del Príncipe, segunda estación. Ahí don Jacinto, flanqueado por el párroco de San José, Manuel Lorenzo, aprovechó para una nueva referencia histórica. En esta oportunidad, plegaria en recuerdo a la familia Carta, propietaria de la casa-palacio de la plaza Candelaria donde se atribuye que el Señor de las Tribulaciones obró su primer milagro, cuando sudó la imagen y se curó la esposa de José Carta, María Nicolasa Eulalia. Para la reflexión, actuación de la coral del Círculo de Amistad XII de Enero, con la dirección del maestro Salvador Rojas, que cambió el coro de San Francisco, donde interpretó la misa, por las escaleras de la plaza del Príncipe. Muchos chicharreros dirían en ese momento que estaban en el centro de Santa Cruz, pero para los toscaleros la imagen no había entrado aún en el barrio. Entre ciudadelas, callejones y calles angostas, niños y mayores habían preparado desde las cinco de la tarde las tradicionales alfombras. Las caras de toda la vida, como las de Miguelito el mundo -que sigue con devoción desde su casa de San Miguel-, han dejado paso a nuevas generaciones que mantienen las tradiciones, como la hornacina en la calle del Señor de las Tribulaciones, o el canto al paso de la procesión por la antigua cárcel de mujeres.

El Toscal, como cada Martes Santo, se convierte en la capital de Santa Cruz, y anoche don Jacinto explicó por qué.