Consolidar y ampliar los espacios marinos de la Red Natura 2000 en España, así como mejorar el conocimiento del litoral con una exploración y descripción de una precisión inédita hasta ahora es el objetivo del proyecto Life Intemares cuya primera campaña oceanográfica ha explorado el sureste peninsular.

Dotada con 50 millones de euros, esta iniciativa europea está coordinada por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), quien además participa en calidad de socio mediante la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar.

Se trata, con mucho, del mayor proyecto de conservación del medio marino en Europa, ya que en él participan también otros cuatro ministerios, además de administraciones autonómicas, cofradías de pescadores, organizaciones ecologistas, compañías turísticas y otras entidades de aquí a 2024.

Todo ello, avalado por un comité científico integrado por más de treinta expertos de organismos de referencia en el ámbito de la investigación marina nacional, con la misión de mejorar las bases de datos de hábitats y especies existentes y perfeccionar con una precisión desconocida hasta el momento la cartografía submarina del litoral español.

Intemares contempla el despliegue de hasta medio centenar de actuaciones, como la suelta en la playa valenciana de La Punta de El Saler de una decena de ejemplares de tortuga boba criadas en el Oceanogràfic de Valencia durante un año o la puesta en marcha de un plan de emergencia para evitar la extinción de la nacra, el mayor molusco endémico del Mediterráneo.

Sin embargo, su primera acción de gran impacto se ha desarrollado entre el 25 de enero y el 13 de febrero y ha consistido en una campaña oceanográfica que ha recopilado numerosa información sobre el talud continental murciano en cuatro zonas concretas.

El buque Ramón Margalef ha transportado a casi una docena de científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y de la Universidad de Alicante encargados de recoger datos de los cañones submarinos frente a Cabo Tiñoso y los de la zona de El Gorguel, la montaña submarina del Seco de Palos y el sector de ''pockmarks'' -huellas de escape de fluidos- y depresiones frente al Mar Menor incluyendo los montes submarinos de El Planazo y Plis-Plas.

Uno de estos investigadores, Luis Miguel Fernández, del IEO, ha explicado a Efeverde que con la información recogida será posible "mejorar, en el peor de los casos, cinco veces" la resolución de los mapas disponibles ya que los que había hasta ahora no superaban los 50 metros y en esta campaña se ha obtenido información suficiente para conseguir resoluciones con una media de 10 metros y, en algunas zonas, de hasta sólo 2 metros.

Esta campaña no se ha centrado en la calidad de las aguas, sino en la composición morfológica y sedimentaria de los fondos marinos, además de la fauna bentónica, característica de estas profundidades.

Con los datos recogidos, Fernández anunciaba la posibilidad de "afinar todavía más" en nuevas campañas, buscando en las zonas de mayor riqueza en biodiversidad, lo que ayudará en el futuro a declarar un nuevo Lugar de Interés Comunitario (LIC) e incluirlo en la Red Natura 2000.

De hecho, uno de los grandes objetivos de Intemares es poder incrementar la superficie marina protegida por esta figura hasta el 10 % de las aguas españolas, lo que de paso redundará en el crecimiento de la llamada economía azul, que emula los ecosistemas naturales y maximiza el rendimiento de los recursos con criterios de respeto a la Naturaleza, especialmente al medio marino.

La limpieza y conservación de hábitats en mares y océanos es una de las grandes preocupaciones medioambientales actuales de las autoridades europeas, que también han lanzado recientemente su primera gran estrategia contra los plásticos, con intención de que todos sean reciclables en 2030.