José Alejandro Medina, o Pepe como todo el mundo le conoce, nos recibe en su acogedor local de artes marciales en Santa Cruz de Tenerife. Aunque ha colgado la bata de médico durante unos minutos para acomodarse al entorno con un karategui (vestimenta de kárate), el nutricionista incide en la importancia de que el deporte y la buena alimentación vayan de la mano. Con un té caliente, reafirma además que, tal y como se está concibiendo la alimentación actualmente en el mundo, no será sostenible a largo plazo.

Se dice que no comemos bien, especialmente en Canarias debido a las altas tasas de obesidad, ¿qué hacemos mal?

Es una pregunta interesante, se puede enfocar desde un punto de vista médico pero yo lo enfocaría desde un punto de vista económico y antropológico. Canarias siempre ha sido una comunidad pobre, tanto en el ámbito rural como en el urbano. La dieta típica canaria era una dieta de aprovechamiento, pero cuando irrumpe la comida industrial, se convierte en una sobrecarga brutal de kilocalorías que no van a ninguna parte. De todas formas, hasta hace muy poco también era muy infrecuente ver gente corriendo por la calle.

Quizás antes hacer ejercicio se relacionaba más con acudir a un gimnasio o practicar un deporte.

Claro. El problema es que la gente entiende con ir a un gimnasio en comer algo, esperar un ratito, hacer unos cuantos minutos de cardio y quitarse esas calorías de encima. Y, por ejemplo, no llevan el cardio al agotamiento o desconocen lo que es correr en el umbral anaeróbico. Además, en los gimnasios es frecuente un mal consejo nutricional que aboga por el pollo, el arroz y los suplementos de proteínas.

¿Qué consecuencias puede tener basar una nutrición en estos malos consejos?

La típica dieta puede consistir en pollo, arroz y un yogur 0%. Esta dieta tiene un aporte de unos 90 gramos de hidratos de carbono por 100 gramos de producto, tiene prácticamente ninguna grasa, una cantidad adecuada de proteínas, un poco de zinc, pero es escasa en vitaminas y potasio. En una dieta más canaria como podría ser un potaje de berros, unas sardinas, unas papas y unas fresas de postre, que suena un poco menos "light", sin embargo, si cogieras todo en conjunto tendrías cuatro veces menos calorías, cinco veces más hierro, más calcio, más magnesio, grasa sana y toda las vitaminas necesarias para la vida. La gente que hace ese tipo de comida en un gimnasio realiza una dieta desequilibrada.

¿Qué sueles recomendar a los pacientes para que tengan una buena nutrición?

Suelo recomendar que vayan pensando más en comida y menos en productos. Si es un alimento que, con poco cocinado, o incluso sin cocinar, se puede comer, es una cosa adecuada casi seguro para el consumo humano. Intento decirle a la gente que coma menos cosas en bote y compren más productos que se puedan elaborar.

Entonces, ¿podríamos decir que la comida procesada es la oveja negra de la nutrición?

Básicamente. Tuvo el éxito fabuloso de poder dar de comer a las clases populares de los países industrializados a un bajo coste. Al fin y al cabo, es mucho más barato consumir comida industrial que comer pescado en una pescadería. Pero el coste es el que vemos en la sociedad hoy en día.

¿Por qué crees que es tan caro comer sano?

Hay motivos económicos complicados que se me escapan. Pero parece obvio que fabricar comida a escala industrial resulta proporcionalmente más barato que cultivarla. Esto también tiene un poco que ver con el cambio climático. En una charla reciente con un investigador inglés, el profesor Montgomery explicó que la desertización progresiva de los campos de cultivo ha llevado a un encarecimiento brutal en la producción de grano sano y de vegetales de cultivo. Ese sobrecoste lo han aguantado los supermercados. Con lo que el consumidor no se ha dado cuenta de lo que cuesta, pero a cambio se lleva bollos, helados y comida prefabricada.

¿Qué dirías que es lo más importante que una persona debe saber sobre nutrición?

El primer mito que desmentiría es que todas las grasas son malas. La grasa es fundamental para el ser humano, además, comer grasa suele ser más saciante. Es verdad que no todas las grasas son iguales. No obstante, las que aporta un producto lácteo de calidad, un pescado azul, una carne muy buena, un huevo o un fruto seco pueden ser indispensables para que el ser humano esté sano.

Hablando de mitos, hay gente que piensa que comer menos le ayuda a adelgazar, ¿qué les dirías?

Eso es un error. Cuando uno reduce mucho las calorías que toma, el cuerpo se da cuenta y baja el gasto. Esto hace que consumamos menos energía, lo que influye también, desde el punto de vista anímico, a la hora de hacer una actividad. Si alguien come muy por debajo de su gasto, o lo que ya es directamente malo, por debajo de sus necesidades, va a tener muy poca motivación para hacer ejercicio o para pasarlo bien.

¿Es la dieta mediterránea una de las mejores del mundo?

Las pruebas lo sugieren, aunque yo tengo una percepción particular sobre lo que es la dieta mediterránea. Algunas personas piensan que la dieta mediterránea es "pan y arroz", yo pienso que la dieta mediterránea es aceite de oliva, productos verdes y de costa, pan y arroz, pero en menor medida. Mi dibujo del plato es bastante diferente, pero sí soy un defensor.

Se dice que nuestros hábitos horarios tampoco ayudan a la nutrición pues comemos muy tarde?

Sí. En un congreso al que acudí recientemente, se mencionó que almorzar y cenar pronto puede ayudar a prevenir el síndrome metabólico: sobrepeso abdominal, elevación de triglicéridos, colesterol malo y disminución del bueno, aumento del ácido úrico y prediabetes. La sala, llena de endocrinos, médicos de familia e internistas, prorrumpió en carcajadas. Yo hago un horario más europeo, e invito a la gente a probarlo. Desayuno verdaderamente pronto, si se me pasa la hora del almuerzo hago algo muy ligero y ceno pronto.

De aquí a 50 años, si continúa la tendencia actual de nutrición ¿cuál crees que es la evolución que seguirá la raza humana?

Yo diría que habrá una crisis, probablemente económica. Los sistemas sanitarios no son sostenibles, además la superpoblación del planeta hará que, en algún momento, no podamos comer todos si sigue existiendo la desigualdad social. O los gobiernos meten mano a la situación de una manera poco agradable a la nutrición, los flujos migratorios, y a la población en general, o vamos a tener un problema de gente obesa, joven y gravemente enferma. Mi visión puede resultar negativa, pero ya tenemos casos de niños con diabetes tipo 2 y adolescentes con problemas cardiovasculares; por tanto, considero que estamos yendo hacia una situación absolutamente insostenible.