Asociaciones de supervivientes de la bomba atómica criticaron hoy desde Japón, único país que ha sido víctima de este arma, el cambio de política nuclear de EE.UU., que aboga por modernizar su arsenal y aumentar su capacidad de lanzamiento.

Desde la confederación japonesa de organizaciones de víctimas de la bomba atómica, Toshiyuki Mimaki se mostró furioso por el cambio en la estrategia de Washington, porque considera que supone un obstáculo para la desnuclearización global, declaró hoy a la cadena pública japonesa NHK.

Mimaki consideró que, si el presidente de una potencia mundial como Estados Unidos quiere incrementar y modernizar su capacidad nuclear, los "hibakusha", como se conoce en Japón a los supervivientes, nunca podrán ver un mundo libre de armas atómicas.

El japonés, quien sobrevivió al lanzamiento de una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto de 1945 por el ejército estadounidense, aseguró que estas armas no hacen del mundo un lugar más seguro y dijo que nunca deberían ser usadas, independientemente de su tamaño.

Por su parte, el líder del grupo de supervivientes Hibakuren, con sede en Nagasaki -la segunda y última ciudad que sufrió un ataque nuclear el 9 de agosto del 45-, Koichi Kawano, expresó que el anuncio es un jarro de agua fría para el histórico tratado de prohibición de armas nucleares aprobado el año pasado por más de 120 países.

Kawano advirtió de que la nueva estrategia de EE.UU., que aboga por crear bombas atómicas de baja potencia, podría suavizar el estándar para su uso y conducir a una guerra nuclear, y pidió al Gobierno japonés que aproveche la presencia estadounidense en Japón para intensificar sus esfuerzos diplomáticos y evitar tal escenario.

El ministro japonés de Asuntos Exteriores, Taro Kono, dio por su parte la bienvenida al giro en la estrategia nuclear de Washington, al que consideró una muestra de la "determinación" de aquel país para "garantizar la eficacia de su disuasión" a través de un comunicado.

La Revisión de la Postura Nuclear (NPR) de EE.UU. presentada el viernes por la Administración del presidente Donald Trump se aleja de la realizada en 2010 por el entonces presidente Barack Obama (2009-2017), que apostaba por una reducción del arsenal.