La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) presentó ayer un informe fruto de una investigación de campo que evidencia el "muro invisible" con el que se topan quienes consiguen llegar con vida en pateras a la Frontera Sur.

Una "pared" que CEAR define como arbitraria, llena de irregularidades e inseguridad jurídica y falta de garantías, que se ha levantado hasta conseguir que el destino de una persona que alcanza la costa española sea "una lotería" y dependa no del Estado de Derecho, sino de la voluntad de quien esté al mando en cada momento.

Así lo desgranaron en rueda de prensa la secretaria general de CEAR, Estrella Galán; su directora de Políticas y Campañas, Paloma Favieres, y la activista de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) Khadija Ainani; convocada debido al incremento de llegadas de ciudadanos marroquíes o salidos de Marruecos que está experimentando la costa española en los últimos meses, espoleado por la represión de las revueltas en el Riff, la negociación de acuerdos comerciales entre el Reino Alauí y la Unión Europea y el cambio de las rutas migratorias.

El informe detalla que una vez llegan a puerto los migrantes rescatados por Salvamento Marítimo -que recogió a 17.395 personas en aguas andaluzas y a otras 2.720 al Este del Mediterráneo y que "no reporta" las vidas que se pierden durante las tareas de socorro-, son sometidos a un triaje sanitario por Cruz Roja y después son puestos a disposición de las fuerzas de seguridad, que les detienen durante un máximo de 72 horas.

CEAR encuentra aquí una de las primeras "piedras" de ese "muro": no hay instalaciones adecuadas para ellos y dependiendo del puerto al que arriben, pueden acabar como en Málaga, en "una carpa que se monta y se desmonta" porque no se permite un puesto fijo; o como en Motril, en una antigua lonja de pescado "con el hedor de aguas residuales" primero y en unos calabozos "insalubres" después. Favieres resume la situación al afirmar que "los centros donde los detiene la Policía no son compatibles con un Estado de Derecho".

En este punto, en palabras de Galán, "no se está garantizando la asistencia jurídica" de estas personas pues, de nuevo, "depende del sitio al que lleguen".

La experta señaló que se dan más irregularidades, como la falta de intérpretes en el idioma que hablan los recién llegados, que en ocasiones se suple con otros pasajeros de la patera.