La Asociación de Padres de Personas con Autismo de Tenerife (Apanate) está en posesión del Premio al Valor Social, concedido por la Fundación Cepsa en Canarias, por todo lo que ha representado en 22 años, desde su fundación en 1995, para romper las barreras del autismo y lograr una mejor calidad de vida e integración social y laboral de sus usuarios.

La presidenta de la asociación, María del Carmen Díaz Bonilla, señala que los objetivos para el nuevo año 2018 son conseguir convenios con el Gobierno canario para la atención temprana, una mayor integración laboral, más convenios que aporten calidad de vida a los adultos y seguir trabajando con las administraciones oficiales para comenzar a construir la residencia específica para adultos con autismo, un tipo de centro que ya existe en la Península, pero que sería el primero de Canarias.

Díaz Bonilla explica que el proyecto arquitectónico lo ha realizado el vicepresidente de Apanate, José Luis Barquín, y se espera que el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo lo financie en un solar del barrio lagunero de El Coromoto.

"Cuando se le diagnostica autismo a un niño, lo primero que se pregunta un padre es: ¿Qué va a ser de mi hijo?", indica la presidenta de Apanate. A partir de ahí, los pasos que se siguen son la evaluación del grado de profundidad del autismo y la atención temprana. "En la edad escolar surge el problema de la escolarización", afirma. Para niños con autismo se abren tres posibilidades: centros específicos (para los que estén muy afectados), aulas en clave y colegios donde están integrados. Las aulas en clave son un recurso intermedio donde se trabaja con estos u otros alumnos con necesidades especiales y se les va introduciendo de forma paulatina en las clases ordinarias.

Una vez superada la edad escolar está la salida al mundo del empleo. "Estadísticamente, las personas con autismo tienen una mayor probabilidad de estar desempleadas que aquellas que no están afectadas", apuntan desde Apanate. Sin embargo, estas personas "tienen mucho que ofrecer a las empresas y a la sociedad en general. Son muy rutinarias y perfeccionistas", manifiesta Díaz Bonilla, para destacar sus virtudes como trabajadores.

Para los adultos que están más afectados y no logran la inclusión en el mundo del trabajo, hay dos opciones: un taller ocupacional o un centro de día, como el que tiene Apanate con 35 plazas para adultos entre los 20 y 47 años, gracias a un convenio con el Cabildo de Tenerife.

Apanate es del tipo de asociaciones que cubren vacíos del sistema público que, de otra forma, quedarían desiertos. Por ejemplo, algo tan importante como el diagnóstico temprano, que afecta a la mejora de la calidad de vida de la persona con autismo y a su familia. Apanate sí diagnostica, y algunos especialistas de Educación o la Universidad de La Laguna, pero Díaz Bonilla subraya que Sanidad "debería contar con mas medios propios para diagnosticar".

"El autismo es el gran desconocido", dice, en relación a los bulos como que no son cariñosos o no pueden trabajar.

El autismo es un síndrome que altera las capacidades de comunicación, relación e imaginación de la persona que lo padece, sin que por el momento se conozcan sus causas exactas. El diagnóstico temprano y una intervención educativa apropiada son vitales para lograr mejoras significativas.

Es una patología altamente discapacitante y aunque no tiene curación, sí está comprobado que con un tratamiento específico por terapeutas formados, se consigue mejorar la calidad de vida de las personas con autismo.

Díaz Bonilla destaca que en estos momentos atienden a 160 personas, siendo el menor de 18 meses y el mayor de 49 años, con un número mayor de hombres que de mujeres autistas.

Apanate realiza su labor en los centros que tiene en La Laguna, La Orotava, Los Realejos y Granadilla, que es el más reciente y se inauguró en septiembre de este año. Su reto, reconoce su presidenta, es "crecer hacia el Sur. Las familias casi nos lo exigen".

Con respecto a los adultos, la presidenta de Apanate subraya la actividad en el centro de día de La Laguna y en el empleo con apoyo de bastantes empresas. Muchos autistas trabajan ya, como en las máquinas expendedoras de determinados productos, en empaquetadoras e incluso en firmas comerciales de la categoría de Alcampo.