La organización medioambiental SEO/BirdLife pidió ayer al Gobierno de Canarias que elabore un plan de conservación para la lechuza común, que registra un descenso de población del 13% en la última década en todo el país y que en el caso de las islas, la majorera "es la que peor lo está pasando en España".

En un comunicado SEO/BirdLife explica que la lechuza majorera está catalogada a nivel nacional como "vulnerable" y ha sido incluida en el Libro Rojo de las Aves de España con la categoría de en peligro, lo que requiere de medidas especiales de conservación.

Añade que la lechuza común es un fiel reflejo del mal momento que sufre la avifauna ligada a las zonas agrarias y que, entre otras cuestiones, evidencia problemas como la pérdida de hábitat, los efectos del actual modelo agrícola y el despoblamiento rural.

En el caso de la lechuza, el declive poblacional se sitúa en torno al 13% en la última década, aunque en algunos puntos del país el bajón llega al 50%. La lechuza común cuenta con 46 subespecies en todo el mundo y en España, están presentes tres: Tyto alba, la más habitual en el planeta y que en Canarias se puede observar especialmente en las islas occidentales; la subespecie Tyto alba guttata, que llega en invierno desde Europa; y la subespecie Tyto alba gracilirostris, la lechuza majorera, propia de Fuerteventura, Lanzarote y sus islotes.

"Su declaración como vulnerable también en el catálogo canario de especies amenazadas obliga a que el Gobierno ponga en marcha un plan de conservación", indica el delegado de SEO/BirdLife en las islas, Yarci Acosta. Pero este plan hasta ahora no se ha activado y no hay visos de que la Administración lo vaya a hacer en el futuro.