El saldo migratorio positivo en el primer semestre de 2017 de 52.926 personas compensa un saldo vegetativo negativo de 31.905 personas -más defunciones que nacimientos- registrado en el mismo periodo. En esta primera mitad de año llegaron a España 237.115 personas procedentes del extranjero, un flujo que se sitúa al nivel del segundo semestre de 2008, según la "Estadística de Migraciones. Primer semestre de 2017", publicada por el INE ayer.

Así, la población residente en España se situó en 46.549.045 habitantes a 1 de julio de 2017, lo que supuso un aumento de 21.021 personas respecto a comienzos de año (un 0,21% más respecto al semestre anterior), que consolida el crecimiento de la población iniciado en el segundo semestre de 2016 (+0,09%), pese a la baja natalidad y el ritmo de defunciones entre la población residente. El demógrafo del INE Antonio Argüeso explicó que el crecimiento poblacional no es tan grande "porque el saldo vegetativo ha sido muy negativo". Sin embargo, destacó que el saldo migratorio "se va acelerando" con la llegada de población extranjera (237.115) y una emigración con destino al extranjero que se mantiene "bastante estable" (184.189 personas).

Asimismo, señaló que las llegadas de personas procedentes del extranjero en el primer semestre de 2017 son "prácticamente comparables" a los datos del segundo semestre de 2008, en el que entraron 270.000 personas en España, "el último dato de migración fuerte" y el mayor de la serie histórica. En total, 237.115 personas procedentes del extranjero establecieron en este semestre su residencia en España -lo que supone un crecimiento del 4,1% más respecto del semestre anterior- y 184.189 abandonaron el país, un 14,8% más.

De este modo, el saldo migratorio es positivo (entraron 52.926 personas más de las que se marcharon), aunque este dato es un 21,4% menor que en el semestre anterior (67.323 personas), de forma que se está produciendo cierta desaceleración en línea con la tendencia iniciada a mediados de 2015, tal y como explica el INE.

Las cifras han conseguido no obstante que se incremente la población en España. En la primera mitad de 2017 se mantiene una tendencia creciente con 21.021 personas más gracias al empuje de los extranjeros, que llegan a 4.464.997 habitantes. Entre los españoles se da la tendencia contraria: se reducen en 24.355 habitantes por un lado, porque se han marchado 52.393 nacionales españoles más de los que han regresado, y porque las salidas no se compensan con las nacionalizaciones.

Cambio de perfil

Si se cuentan a los españoles nacidos en España, la población se reduce en mayor medida: 55.380 han dejado de constar en la primera mitad del año. Sobre la población extranjera llegada a España, hay un cambio de perfil. Si hace unos años, los más numerosos eran ecuatorianos y bolivianos, ahora llegan "bastantes" venezolanos y colombianos. Y empieza a ser significativo el colectivo de hondureños. En términos absolutos, destacan los incrementos de población venezolana (10.478 personas más, una subida del 16,6%), la colombiana (8.370 más, un 6%) y la italiana (7.336 más, un 3,6%). Por el contrario, los mayores descensos se dieron en la población ecuatoriana (4.746 personas menos, un descenso del 3,6%), la rumana (pierde 4.114 nacionales, una caída del 3,2%) y la de Reino Unido (3.947 menos, un 1,3% de reducción).