Las personas mayores son probablemente las más afectadas por el cambio de hora que tendrá lugar la noche de hoy, sábado, al domingo ya que, según la Sociedad Española del Sueño (SES), pueden llegar a tardar hasta dos semanas en adaptar su sueño al nuevo horario.

Así lo indicó a Efe el coordinador del grupo de cronobiología de la SES, Javier Albares, que señaló que en los niños y las personas mayores el reloj biológico es menos flexible y se adapta peor a los cambios.

"Hay un desajuste biológico entre el reloj biológico y el reloj social, que es el que cambia, por lo que nuestro cuerpo necesita unos días para adaptarse", explicó Albares, también director médico de la Unidad del Sueño del Centro Médico Teknon (Barcelona).

En estos grupos de población más sensibles es normal que los días siguientes al cambio horario noten sueño antes de la hora habitual y que también se despierten antes de lo normal.

Mientras que los adultos se adaptan a este cambio en 3 o 4 días, las personas mayores -alerta- pueden tener más dificultades, dormirse demasiado temprano y despertarse antes durante una o dos semanas.

A pesar de que el cambio horario que se produce en otoño es, según Albares, el que menos afecta a la salud porque le ganamos una hora al día y, por lo tanto, tenemos una hora más para dormir por la noche, algunas personas sí que tardarán un poco más en adaptarse.

El doctor Alejandro Guillén-Riquelme de la Cátedra de Investigación del Sueño de la Universidad de Granada señaló que, el cambio de hora afecta al ritmo circadiano, una especie de "reloj interno" gracias al cual el cuerpo se prepara para realizar distintas actividades a lo largo del día.

A pesar de que los efectos de este cambio horario son leves y en su mayoría pasajeros para la salud, hay personas a las que les influye más directamente, como son los niños, mayores y personas con trastornos neurológicos, ya sea porque tienen los horarios más establecidos o por tener mayor sensibilidad a estos cambios.

Por su parte, el doctor Francisco Camarelles, miembro del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), señaló que este cambio de hora es parecido a un "pequeño jet lag".

El ahorro de energía, calculado en unos 300 millones de euros, es el motivo principal tras el cambio de hora de este fin de semana, pero cada vez más voces cuestionan esa medida con el argumento de que la luz que no se usa a primera hora del día se gasta por la tarde debido al atardecer más temprano.

La directiva europea que obliga hoy a los Estados miembros a la modificación horaria persigue igualmente un ahorro energético a través de la reducción en el consumo de iluminación que, en el caso de España, alcanza el 5% según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía.

Aunque existen diversos informes que defienden la eficacia de esta medida, también hay otros que la cuestionan y que llevaron el pasado miércoles a más de 70 eurodiputados de distintos grupos a impulsar una moción para acabar con ella en Estrasburgo.

En España, el equipo de meteorólogos del portal Eltiempo.es también considera el ahorro energético como "relativo" pues la luz que no se emplea a primeras horas del día "al final la gastamos -al menos, en parte- con los atardeceres más tempranos" ya que "en muchos hogares se vive más bien durante la tarde".

Así lo recalcó la meteoróloga Mar Gómez, quien cree que con los actuales sistemas de iluminación, "automáticos y más rentables", podría replantearse la estimación de ahorro que se maneja en la actualidad así como la verdadera necesidad de cambiar el horario dos veces al año.

Gómez también advirtió de las consecuencias "poco convenientes" de este cambio para el turismo, ya que "muchos turistas europeos vienen huyendo de anocheceres tempranos" en sus países y se encuentran con un ajuste "que no les beneficia".