Unas 30.000 personas mueren cada año en España como consecuencia de una parada cardiaca y la rapidez con la que se atiende al paciente es fundamental para su supervivencia, a pesar de que solo hay 3 desfibriladores externos automáticos (DEA) por cada 10.000 habitantes, cifra que nos sitúa a la cola de Europa.

Así lo denunció el secretario general de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Ignacio Fernández Lozano, concluye que la situación de España frente a otros países es "muy mala".

En España hay tres DEA por cada 10.000 habitantes, cinco veces menos que en Alemania, Inglaterra o Italia, ocho veces menos que en Francia, Dinamarca o Suecia -que son la punta de Europa- y 25 veces menos que en Japón -la más desarrollada-.