Es muy probable que, después del cosquilleo y la ilusión cuando escuchas eso de "¿te quieres casar conmigo?", te haya dado pánico al pensar cómo organizar el que será uno de los días más importantes de tu vida. Deja de temblar y empieza a disfrutar porque puedes poner un "wedding planner" en tu boda.

La cabeza de cualquiera empieza a pensar: "¿un gasto más, un profesional que se ocupe de esto?... se nos pasa de presupuesto!". Sin embargo puede ser todo lo contrario. Un "wedding planner" cobrará por sus honorarios, normalmente tiene diferentes paquetes, podrás elegir el que más se adapte a vuestra situación personal y económica.

Puede ser que quieras que se encargue desde el principio hasta el final. Puede asesorarte hasta en el traje de novia/o, la imagen del "save the date", las sorpresas para tu pareja, el fotógrafo, la tarta, el menú, la decoración? tal vez solo quieres que se ocupe del "gran día"; la llegada a la ceremonia, la entrada al convite, la recepción de los invitados? o incluso que tan solo haga algunas cosas concretas.

La revolución de las "wedding planners" ya está instaurada. Hasta hace nada eran los novios, sobre todo la novia, y sus familias quienes se ocupaban de todo. Hoy por hoy eso no sucede. Un organizador de eventos puede adaptar tus sueños al presupuesto que tienes. Partiendo de la base de que tiene mucha experiencia, podrá saber qué proveedor tiene la mejor calidad a los mejores precios, así que ya solo con eso ahorrarán tiempo y dinero.

Lo normal es que los protagonistas no se hayan enfrentado a una situación como esta. Saben todo lo que les gusta pero no como ejecutarlo. La experiencia de las personas que se han formado en la materia te hará acertar con lo que le ofreces a los invitados.

Hay que tener en cuenta que una boda demasiado barroca distrae la atención y no se aprecian todos los detalles; una boda demasiado sosa puede parecer que no te has preocupado por agasajar a quienes te acompañan. El punto exacto lo ofrecerán ellos.

Una vez decidida la fecha del evento, tocará concretar el espacio que desean para la celebración. Ellos poseen un dossier amplísimo de lugares que están preparados para esto. Y si no se van a casar en la Isla, seguro que tienen la forma de acercarles qué posibilidades hay en donde hayan decidido llevarla a cabo.

La reserva del espacio, ya sea finca, local, hotel?, debe ser inmediata. Es más, a estas fechas seguro que para 2018 ya hay muchísimas con el cartel de completo. Así que si el lugar te enamora, confírmale que cierre la reserva. Ustedes son quienes deciden y el "wedding planner" el encargado de formalizar.

Es importante que tengan claro el tipo de ceremonia que quieren; si es religiosa necesitarán también hacer la petición a la iglesia; si es civil, que es sobre todo por lo que apuestan los novios que vienen, es más sencillo, pues normalmente se hace en el mismo lugar que el banquete.

Una vez empieza a caminar la organización del evento, tendrán que pedir citas, ir a varios sitios y quedar con muchos proveedores. Los horarios y el trabajo quizás no les dan mucha opción, así que delegar en un "wedding planner" les liberará de eso, ya que será él quien se ocupe. Es muy probable que vayan surgiendo imprevistos a medida que pasa el tiempo, el equipo que has contratado sabrá resolverlo para que el día de la boda todo luzca perfecto.

En eventos, las tendencias se mueven a una velocidad tan voraz que tal vez lo que te parecía que iba a ser muy novedoso no lo sea tanto, así que deja que sean quienes están al día los que se encarguen de hacer con lo que te gusta un evento actual, donde la cartelería la diseñan los creativos, la mantelería complementa a todo el escenario, sin robar protagonismo, y los arreglos florales o frutales son realmente los que ofrecen una visión en un golpe de vista sobre la personalidad de los anfitriones. El abanico es amplio, las posibilidades infinitas.

tendencias en 2017

La decoración es descaradamente tropical; piñas, cocos, hojas de monstera deliciosa? pero con un toque muy chic.

El arte floral ha pasado a estar más cerca de los platos. La vegetación casi se riega sobre el mantel y cuelga de los árboles.

El estilo silvestre que conseguían los elementos de madera, rafia... han ido pasando a la historia para dar paso al glamour de las porcelanas dibujadas, los cristales de colores y los metales dorados.

Iluminación. Las velas es uno de los requisitos indispensables para ambientar los espacios y este año se complementan con rosarios de luces acercando el entorno a la entrañable fiesta de pueblo.

Gastronomía dinámica. Los food trucks te ofrecen diferentes manjares y te sugieren distintas partes del mundo; mientras el "show cooking" es divertido y delicioso. Entre una cosa y otra disfrutas de la mesa dulce hasta que llega el resopón avanzada la fiesta.

Fotografía. Olvídate de las fotos posadas donde había de todo menos naturalidad. Los fotógrafos se encargarán de buscar la mirada, el sentimiento, la expresión? que te haga recordar el momento como si lo estuvieras viviendo años después.

Sorpresas. Los recuerdos que le dejan los invitados a los novios se plasman con la Polaroid de toda la vida, en un bodegón que se presta también a los "relatos friends" así como a subirlas a Instagram.

La música que sea en vivo. Llegó para quedarse, los miniconciertos siempre son un acierto.

Arquitectura efímera con carpas transparentes, que protejan del sereno y den cobijo, sin impedir disfrutar del entorno.

Regalitos solían acabar en un cajón. Ahora son útiles y para el momento como los cubre tacones o "lle, lle" que permiten pasear sobre el césped o los magníficos "kit antirresaca".