La Asociación Española de Biosimilares (BioSim), que representa a las farmacéuticas que investigan, desarrollan, fabrican o comercializan fármacos biosimilares, prevé que en 2020 la sanidad pública nacional haya ahorrado 2.500 millones por el uso de fármacos biológicos.

Así lo aseveró la directora general de BioSim, Regina Muzquiz, quien impartió una charla organizada por el Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas sobre estos medicamentos y que comenzaron a administrarse en España en 2006 en el ámbito hospitalario, donde representan el 50% del total.

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas, Juan Ramón Santana, informó de que esta institución trabaja con la Consejería de Sanidad de Canarias para tratar de que algunos de estos fármacos "del futuro" puedan dispensarse cuanto antes en las boticas de las islas.

Santana explicó que, a diferencia de los tradicionales, que se obtienen a partir de reacciones químicas, los medicamentos biológicos se producen a partir de organismos vivos, de ahí que sean más complejos y precisen de una farmacovigilancia.

Muzquiz precisó que estos fármacos suponen un avance en el arsenal terapéutico a disposición de los sistemas sanitarios, al permitir una mayor eficiencia en los tratamientos. A diferencia de los genéricos, que son versiones de medicamentos de síntesis químicas que han perdido la patente, en el caso de los fármacos de origen biológico estas réplicas se llaman biosimilares. No son copias exactas, sino muy similares, de medicamentos biológicos, ya que sus pequeñas diferencias estructurales no afectan a su seguridad, eficacia y calidad, dijo Muzquiz.