El ministerio de Sanidad confirmó ayer la intoxicación en lo que va de año de 154 personas en España y en otros países europeos por consumir atún español en malas condiciones y que al menos 105 casos están relacionados con productos de la marca almeriense Garciden.

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) informó en una nota de que a lo largo de 2017 ha gestionado 15 alertas por presencia de altas concentraciones de histamina en el atún.

Las altas concentraciones de histamina en el atún, y otros peces como el bonito y la caballa, se produce por las malas condiciones de conservación de los pescados, y producen una intoxicación alimentaria que generalmente no reviste gravedad.

La Comisión Europea, según la nota, envió una carta a España el pasado 14 de septiembre mostrando su "preocupación" sobre esta situación y requiriendo información acerca de las actuaciones realizadas para hacer frente y detener las malas prácticas en la manipulación del atún.

El empleo fraudulento de sustancias vegetales que colorean de rojo el atún para que parezca más fresco está relacionado también con la presencia de histamina en cantidades elevadas, una sustancia que ya se encuentra en el pescado en el que hayan crecido bacterias por efecto de la mala conservación. Bruselas subrayó que el atún afectado iba destinado a la industria conservera y recibió un tratamiento que modificó su color para darle un aspecto más fresco -lo que puede llevar a casos serios de intoxicación alimentaria- y venderlo a un precio más elevado.

Según informó la Guardia Civil la semana pasada, las intoxicaciones han afectado a Andalucía, Murcia, Valencia, Cataluña, Aragón, Castilla y León, Madrid y País Vasco, pero también a Alemania, Francia, Italia y Portugal.

La Aecosan asegura que las autoridades competentes están recopilando la información requerida por la CE y mantienen activados los mecanismos necesarios para garantizar la seguridad del pescado que se comercializan.