El 83% de los jóvenes subsaharianos que trata de llegar a Europa a través del Mediterráneo central sufre explotación o abusos, según un informe de Unicef y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) publicado ayer. La mayor vulnerabilidad de los subsaharianos se explica, según el documento, por el racismo y la xenofobia, que en particular "está creciendo en Libia, especialmente en las zonas costeras".

Los jóvenes de África subsahariana son los que más padecen ese tipo de prácticas en esa ruta, frente al 56% procedentes de otras regiones.

El informe, presentado en Bruselas, revela que el 77% de los jóvenes que intenta llegar a Europa por el Mediterráneo central sufre abusos, explotación y prácticas que pueden equivaler al tráfico de personas.

Esa ruta es "la más peligrosa de todas", sobre todo por la situación en Libia. Por otra parte, en la ruta migratoria del Mediterráneo oriental, desde Turquía a Grecia, los casos de explotación alcanzan el 65% en los menores subsaharianos y el 15% para el resto de jóvenes.

El estudio, basado en los testimonios de 22.000 personas, incluidos 11.000 jóvenes (entre 18 y 24 años) y adolescentes (entre 14 y 17), se basa en las declaraciones de quienes confesaron haber sido retenidos por terceras personas en contra de su voluntad, o haber sido forzados a trabajar sin querer hacerlo o sin ser pagados.