Una proteína presente en el genoma, la histona-1, es la responsable de que el ADN se mantenga estable y evita daños celulares irreparables que pueden conducir al desarrollo de un cáncer, según han descubierto investigadores del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona).

El trabajo, que ha publicado la revista Nature Communications, ha revelado las funciones de esta proteína, hasta ahora una de las más desconocidas, entre las que figura mantener silenciada una zona del genoma que si se transcribe causa daños irreparables en el ADN y es letal para el organismo.

Su estabilidad es clave para evitar que se desarrolle un cáncer, explican los expertos

La investigación, dirigida por el profesor de Investigación del CSIC y jefe del grupo de Estructura y Función de la Cromatina del IRB Ferran Azorín, ha descubierto por qué la histona-1 es un protector de la estabilidad del genoma y una proteína vital para el organismo.

"A pesar de ser un elemento tan constitutivo de la cromatina -la forma en que se empaqueta el ADN dentro del núcleo celular por la acción de las diferentes histonas-, hay un gran desconocimiento sobre la histona-1", explica Azorín.

"Del resto de histonas, proteínas principales en la regulación de la expresión de los genes, conocemos las enzimas que las modifican, las funciones, cómo se regulan... Pero de la histona-1, por motivos muy diversos, no se han abordado las funciones", detalla. El estudio explica por primera vez que la supresión de la histona-1 produce daño celular e inestabilidad genómica.

Según los investigadores, el descontrol en una zona habitualmente reprimida de la cromatina, llamada heterocromatina, genera que se transcriba información genética impropia, que da lugar a que se acumulen en la cromatina híbridos de ADN y ARN, que son letales.