Hace años que las fuerzas de seguridad y los medios de comunicación tratan de advertir sobre los riesgos del mal uso de internet y las redes sociales por parte de menores y adultos. Sin embargo, el mensaje parece que no ha terminado de calar en buena parte de la población. Así lo reflejó el pasado viernes en las Jornadas de Seguridad Digital y Cibercrimen de La Laguna la policía nacional y psicóloga Estefanía Afonso, que trabaja en el Grupo de Participación Ciudadana de la Comisaría de dicha ciudad.

Afonso expuso casos puntuales sin dar nombres, centros ni lugares. Pero su compañero, Fernando Palmero, aclara con vehemencia que los delitos están absolutamente generalizados en colegios e institutos, no solo de toda La Laguna, sino de toda la Isla.

La agente citó el problema de una adolescente que vio un anuncio en internet donde una fotógrafa profesional pedía fotos a chicas menores para elaborar un álbum y proyectarlas como modelos internacionales. Fueron muchas las menores que enviaron imágenes a la "fotógrafa". Pero solo una se atrevió a denunciar con su madre en la Comisaría lagunera.

¿Por qué? Desde que la "fotógrafa" obtuvo todo el material gráfico que necesitaba y otros datos de la vida personal de la adolescente, se lanzó al ataque. Se dirigió a ella para decirle que era un hombre (de 61 años) y que, o tenía un encuentro y relaciones sexuales con él, o bien "empapelaba" su barrio y el entorno del centro donde estudiaba con imágenes de ella desnuda. Y, además, iba a dar una paliza a su padre y su hermano si no accedía. Eso se llama "grooming". Con permiso de los padres de la víctima y de la Policía, hubo una cita vigilada en el Parque García Sanabria. Había agentes de paisano caminando, corriendo, leyendo... El pederasta tardó, pero llegó al banco donde estaba la menor y fue atrapado al momento. En el registro de su casa, los agentes hallaron miles de archivos de fotos de menores.

Otro caso ocurrió en un instituto con un millar de alumnos de La Laguna. Una menor de 15 años se grabó un vídeo erótico en el que aparecía desnuda y se lo envió a su novio, al que veía como "el amor de su vida" y "el futuro padre de sus hijos". A los tres días se rompió la relación. Y ese novio se lo envió a otra pareja anterior de la menor. En pocos minutos, las imágenes fueron vistas por todos los estudiantes del centro. Y, aunque la menor cambió de instituto, el vídeo sigue llegando a los compañeros actuales. El difusor del contenido audiovisual, otro adolescente, fue detenido en su casa ante la sorpresa desagradable de sus padres. Eso se llama "sexting".

Otro adolescente lagunero se creó un perfil en Facebook donde puso la dirección real de su domicilio, entre otras cosas. Ingenuamente pensaba que la información que colgaba en el mismo solo era consultada por familiares y amigos. Hasta que un día escribió algo parecido a: "Gente, este fin de semana de vacaciones al Sur con la familia. No llego hasta el domingo a las diez de la noche".

A raíz de ese comentario, ese fin de semana la vivienda familiar del menor sufrió un robo con fuerza, en el que los autores llevaron a cabo un "trabajo selectivo", es decir, se llevaron todo lo que quisieron y actuaron con mucho tiempo, por lo que las estancias no se hallaban revueltas.

"No toman medidas de autoprotección"

Estefanía Afonso y su compañero Fernando Palmero trabajan en el Grupo de Participación Ciudadana de la Comisaría de La Laguna, que trata de informar a vecinos y colectivos diversos sobre medidas para prevenir o denunciar delitos. Afonso aclara que ya los diarios personales que los adolescentes y jóvenes guardaban en su habitación con las vivencias cotidianas o extraordinarias están casi extinguidos. Muchos son los menores de edad que exponen absolutamente toda su vida en las redes sociales, con perfiles a los que pueden acceder todo tipo de personas desde cualquier parte del mundo. Otro de los casos reales expuestos por dicha agente y psicóloga especializada en Psicología Educativa también resulta llamativo. Una menor de La Laguna puso una foto suya en una red social. Alguien se la robó y, poco después, su imagen apareció publicada en la prensa, concretamente en una página para captar a clientes de prostitutas. Este es un claro ejemplo de la pérdida de control sobre tu propia imagen. Afonso recuerda que, hace décadas, las familias poseían un álbum familiar para poner las fotos. Y ese objeto se ha cambiado radicalmente por la exposición en las redes sociales, tanto de mayores como de menores, con el riesgo que entraña que un delincuente pueda disponer de información clave de una familia y sus desplazamientos. Otro problema con el que se encuentran los agentes consiste en el menor que se descarga una aplicación "sin leer la letra pequeña" para, por ejemplo, descargar canciones. Pero después de la tercera canción, por cada tema que se descargue tiene que pagar un euro. Y llega el momento en que los padres tienen que hacer frente a facturas de, por ejemplo, 400 euros. Afonso señala que, con frecuencia, muchas personas están más preocupadas de contar dónde y cómo están que de disfrutar realmente de ese momento con su familia o su pareja. Y cada detalle puede ser aprovechado por los "malos".

El "cibercalifato" es real

El criminólogo Félix Ríos también intervino el jueves y viernes pasado en las I Jornadas de Seguridad Digital y Cibercrimen de La Laguna. Una de sus ponencias estuvo relacionada con las vías que el autodenominado Estado Islámico utiliza hace años para captar terroristas en todo el mundo. Ríos afirmó que "el cibercalifato" es real, en la medida en que los líderes tienen en internet y las redes sociales una herramienta excepcional para, de una forma rápida, sencilla y desde cada hogar, enseñar a ser un terrorista, utilizar todo tipo de armas e, incluso, preparar a los captadores de futuros combatientes. Ríos puso los ejemplos de las revistas digitales usadas por el Estado Islámico para divulgar sus ideas, como la publicación Dabiq (operativa hasta julio de 2016).

De camarera de pisos a reclutadora

Ríos, que no se presentó como experto en materia de terrorismo yihadista sino como un estudioso del tema, recordó el caso de una colaboradora del Estado Islámico detenida en Lanzarote, Silvia Celestine. En apenas dos años, dicha mujer, natural de Cádiz, se convirtió en una reclutadora intermedia de combatientes yihadistas, que estaba a punto de viajar a Siria con otra mujer para desarrollar su labor junto a los terroristas masculinos. Ríos recordó que los primeros contactos para hacer atractivas las ideas y acciones del Estado Islámico se realizan a través de whatsapp o Facebook. Pero, al subir de nivel, las comunicaciones se efectúan más a través de Telegram, por ejemplo.

Contrato de productoras audiovisuales

Félix Ríos señaló que los terroristas del Estado Islámico tienen muy clara la importancia de la divulgación de sus acciones y que por ese motivo llegan a contratar a productoras de contenidos audiovisuales para que graben sus ejecuciones o atentados con calidad. Y que, a pesar del cerco al que están sometidos en la actualidad los miembros del Estado Islámico, continúan produciendo vídeos de gran calidad. Para Ríos, en los últimos años, el Estado Islámico ha ganado la partida a Al Qaeda en propaganda.