El prestigioso Hotel Salomon de Rotschild de París fue el escenario elegido por la firma china Guo Pei para su desfile, que colaboró en esta ocasión con la histórica ''maison'' de Alta Joyería, Chopard, en una unión que buscó reflejar el éxito en la "unión del talento femenino".

La diseñadora china, la más famosa entre los nombres asiáticos que participan en el calendario de la Alta Costura parisina, que dio comienzo hoy y cerrará la pasarela el próximo miércoles, quiso así colaborar con una de sus más íntimas amigas, la directora creativa de Chopard, Caroline Scheufele, para expresar la "la visión ideal" de la Costura y la Alta Joyería.

En busca de la belleza de ambos artes, y con una casi total sincronización de estilos, Guo Pei y Chopard pusieron sobre la pasarela una colección inspirada en los iconos de Hollywood de los años 50.

Por momentos, parecía que Grace Kelly o Vivian Leigh formaban parte del elenco de modelos gracias a diseños elegantes, muy clásicos, modernizados por tejidos metálicos y colores ricos, como el amarillo, siempre muy presente en la marca.

Los diamantes, el oro blanco y las esmeraldas pusieron el broche dorado por parte de Chopard, acompañando vestidos que, por sus tonos, parecían la continuación de las propias joyas.

Guo Pei quiso reclamar así la delicadeza y belleza que esconde el arte de la Alta Costura, lejos del consumo de moda rápida que impera en la sociedad actual, según describió la creadora en una nota de bienvenida que acogió a los invitados.

Sin embargo, tanto el desfile como los diseños perdieron el tradicional punto oriental y extravagante que han llevado a Guo Pei a la fama, en una propuesta quizás demasiado clásica en la que apenas un par de diseños consiguieron entusiasmar a los asistentes, impacientes por una puesta en escena demasiado lenta.

Por su parte, Chopard presentará su colección de Alta Joyería este jueves en París, junto a firmas como Chaumet, De Beers o Chanel.