El Domingo de Pasión se dice que es el "pórtico" de la Semana Santa, los monumentos son "obras de arte efímero" o estos días de fe se convierten en la "Semana Mayor" de La Laguna. Son construcciones hechas y que se suelen repetir, a veces como un recurso falsamente creativo, pero que a menudo son las que mejor definen. El Lunes Santo también tiene la suya: es el "día de los conventos", cuando Las Claras y Las Catalinas adquieren mayor protagonismo.

Del primero de esos templos salió ayer en procesión el Señor del Huerto, que representa a Jesús orando en Getsemaní y cuya imagen principal fue realizada hacia 1805 por el escultor guiense José Luján Pérez. A este paso se unió en el desfile el Cristo del Amor Misericordioso, procedente de la Catedral, y la Soledad de María Santísima. Mientras que el primero fue creado en 1828 por Fernando Estévez para presidir las salas capitulares y forma una composición junto a una Magdalena, la talla del otro trono es del lagunero José Rodríguez de la Oliva, otro destacado imaginero que engrandeció el arte religioso.