Alrededor de 108 millones de personas en el mundo padecieron una situación grave de inseguridad alimentaria en 2016, un considerable aumento comparado con los 80 millones de 2015, según un informe publicado ayer por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Este incremento responde a los problemas de la gente para producir y acceder a los alimentos debido a los conflictos, los niveles récord de los precios en los mercados locales de los países afectados y las extremas condiciones meteorológicas como la sequía y las lluvias irregulares causadas por El Niño, precisa el documento.

Según el "Informe mundial sobre crisis alimentarias 2017", los conflictos civiles son el factor determinante en 9 de las 10 peores crisis humanitarias, "lo que pone de manifiesto la estrecha conexión entre paz y seguridad alimentaria".

La FAO advierte de que la demanda de ayuda humanitaria se intensificará durante este año

La FAO advierte de que la demanda de ayuda humanitaria se intensificará este año, ya que Sudán del Sur, Somalia, Yemen y el noreste de Nigeria corren el riesgo de sufrir hambrunas.

Otros países que requieren niveles de asistencia a gran escala debido a la extendida inseguridad alimentaria son Irak, Siria y sus refugiados en Estados vecinos, así como Malawi y Zimbabue. Ante la ausencia de acción inmediata y sustancial, la situación de seguridad alimentaria en estos países empeorará en los meses venideros, predice el nuevo informe.

"El coste en términos humanos y de recursos no hace más que aumentar, si dejamos que las situaciones se deterioren", advirtió el director general de la FAO, José Graziano da Silva. La directora del Programa Mundial de Alimentos, Ertharin Cousin, aseguró que el hambre "agrava las crisis" y aumenta "la inseguridad".