Las dificultades para encontrar empleo entre los jóvenes traspasan las fronteras, pero son muy diferentes en función del país en el que residan. La investigadora argentina Berenice Rubio, socióloga de la Universidad de Buenos Aires, ha estado realizando una estancia en la Universidad de La Laguna para analizar las diferencias que caracterizan a los jóvenes a uno y otro lado del Atlántico a la hora de buscar empleo. En Argentina, donde el trabajo informal es muy elevado, la Formación Profesional puede ser una alternativa para cambiar el modelo, plantea la experta.

Rubio, que también tiene un máster en Políticas Sociales, está haciendo el doctorado en Buenos Aires sobre la inserción de los jóvenes en el mercado laboral durante dos periodos históricos de su país completamente diferentes.

Por un lado, está analizando las oportunidades laborales del período "neoliberal", que engloba "la década de los 90", cuando "Argentina se ató al dólar", y el periodo del régimen neodesarrollista de los gobiernos de Néstor y Cristina Kichner hasta 2014.

"Tomo esos dos periodos incorporando la crisis de 2001, la más dura para Argentina, y veo qué fue pasando con la situación laboral de los jóvenes, analizando la importancia que se le da a la teoría del capital humano, que deposita la responsabilidad en la propia persona y no en el mercado, y comparo qué pasó en dos regímenes completamente diferentes", detalla.

Los jóvenes, además de estar afectados como todos por la situación económica, están influimos por el momento vital que viven, señala.

"Mi mayor descubrimiento en mi visita a España es el tema de la Formación Profesional, me voy con la idea de que es realmente una opción muy interesante para la inclusión de los jóvenes", señaló. En Argentina existe, pero "no es un trayecto formalizado en términos educativos". En 2005 "se extendió la obligación de la Secundaria y todo el mundo tiene que acabar el Bachillerato, es decir, con 18". Si el origen social "te acompaña", el alumno termina. Luego, la opción que existe es ir a la Universidad, que en Argentina es gratis, pero exige un rendimiento elevado para poder continuar. "No hay nota de corte, es cuestión de estudiar". Sin embargo, a la hora de la verdad, aunque sea gratis y totalmente accesible, los que pueden permitirse "el lujo" de estudiar y no aportar ingresos al hogar -la natalidad es alta y se da en edades tempranas- son aquellos que tienen un respaldo.

Al final esas son las dos opciones posibles: hacer una carrera o buscar un empleo. "Existe una oferta de talleres, apenas difundida, pero no tiene nada que ver con la FP de España. Porque puede ser que no quieras hacer una carrera, sino especializarte en un oficio".